La pobreza va disminuyendo en Manizales. El porcentaje de pobres pasó de 23,8% en el 2010 a 15,7% en el 2014. A su vez, la pobreza extrema quedó reducida al 2,2% de la población en el mismo período de tiempo. Así lo mostró el informe sobre calidad de vida apoyado por el proyecto Manizales Cómo vamos. Estas son muy buenas noticias, pues bien sabemos que la pobreza sencillamente se convierte en una manera de exclusión del circuito económico y social. 
Si bien en el campo de la reducción de la pobreza se ha avanzado y bastante, no se ha logrado lo mismo con relación a la percepción de desigualdad que tienen los ciudadanos. Uno de cada dos manizaleños percibe alta desigualdad en la ciudad. En concreto hay la apreciación de que el acceso a un empleo bien remunerado es lo más desigual. Y este punto está íntimamente ligado con la generación de empleo con competencias. Que a su vez depende de estrategias de crecimiento en determinadas áreas y de la capacidad de contar con educación de alta calidad y con buena cobertura. 
Con relación a la educación es preocupante la constatación, que hace el mismo estudio, que entre deserciones y repeticiones de grados, el 50% de los niños manizaleños no están llegando a los grados décimo y undécimo en la edad que corresponde. El mejoramiento de la calidad de los planteles educativos, para que puedan hacer un verdadero acompañamiento que reduzca la repitencia y la deserción es fundamental. Manizales ha hecho muchos esfuerzos desde hace varios lustros para invertir en educación, y así lo muestran los indicadores, donde ponen de presente que es la ciudad que más invierte por estudiante. Pero hay que profundizar este trabajo, pues los resultados de las pruebas Saber de quinto grado muestran retroceso, en efecto, hay más niños que no tienen el nivel satisfactorio en lenguaje y matemáticas. 
Otro de los aspectos ligados con la pobreza es la informalidad, Manizales tiene una del 43,7%, que no se ha logrado disminuir, aunque es de las más bajas del país. De otra parte, las condiciones de nivel de ingresos no son los mejores, en Bogotá son 26% más altos, en Medellín el 17% y en Cali el 5%. Hay que ganar en la generación de empleo de calidad y para lograrlo se requiere ampliar el aparato productivo que agregue más valor. Aquí debe estar concentrada la estrategia de largo plazo. No se necesitan empleos de salario mínimo, se quiere empleo mejor remunerado, que seguramente ayudará a retener a algunos de los profesionales que se forman en la universidad de la ciudad. 
Se va mejorando en la ciudad, pero todavía hay mucho camino para andar, por ello es básico que los candidatos a la Alcaldía propongan nuevas estrategias para implementar.