El presidente de China Xi Jinping anduvo por América Latina esta semana que terminó. Estuvo en Brasil, Argentina, Venezuela y Cuba. Visitó los dos primeros por interés comercial muy claro y los dos segundos por estrategia geopolítica, pero también económica. ¿Qué significa esta presencia, la segunda que hace un presidente chino a la región en poco más de un año?
Hay que tener muy presente que China es el segundo socio comercial de América Latina y con una dinámica ascendente impresionante: en la última década el comercio bilateral se ha multiplicado por 22. El crecimiento del país asiático ha demandado enormes recursos como hierro, cobre, hidrocarburos y alimentos, que ha encontrado en América Latina, su vecino cuando mira hacia el Pacífico.
También China, con las abultadas reservas internacionales que maneja, se ha convertido en prestamista de los gobiernos de Argentina, Venezuela y Ecuador, que tenían los grifos financieros de occidente cerrados o menguados. Estos países se ampararon en los préstamos del gigante asiático.
La mirada no es solamente como despensa para su crecimiento, sino como lugar de inversión. En efecto, tiene los ojos puestos en los sectores de infraestructura, telecomunicaciones y financiero. Con Brasil adelanta una serie de acuerdos que buscan que empresas de ambos países puedan instalarse en los dos territorios, lo que genera un nuevo tipo de relaciones entre China y los países de América Latina, que los estudiosos llaman de "estrategia integral".
De otra parte, en la visita se preparó una reunión próxima de China en el seno de la Celac, la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe, donde ambos bloques podrán profundizar esquemas de relaciones económicas.
China es un socio natural. Pero a nivel de sus prácticas, especialmente cuando se implanta por fuera de su territorio, ha generado muchos problemas. No son del todo cuidadosos con el medio ambiente, sus prácticas de relaciones laborales son precarias y dejan mucho que desear, igualmente, la contratación de mano de obra local es bastante escasa. Es un país que tendrá que evolucionar mucho en este campo. Tiene como los defectos de los "nuevos ricos" que no saben establecer relaciones de largo aliento.
Y es muy claro que para China lo ideológico ha dado paso al pragmatismo económico. Antes no tenían relaciones comerciales por cuenta de las tensiones que vivían con los países que reconocían a Taiwán. Estamos en un nuevo marco de relaciones internacionales, que son conducidas primordialmente por los intereses económicos.
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