Hace 30 años, más exactamente el 26 de octubre de 1985, el adolescente Marty McFly y el científico Doc Brown, se montaron en un DeLorean DMC-12 y tras alcanzar los 140 km/h y activar un condensador de flujo, viajaron al futuro. A las 4:29 de la tarde del pasado miércoles, 21 de octubre de 2015, llegaron...
Robert Zemeckis, director de la trilogía de películas de ciencia ficción Volver al futuro, dijo esta semana que "el futuro llegó muy rápido", refiriéndose a que muchos de esos avances tecnológicos que se imaginó en 1989 (año en que se rodó Volver al futuro II) todavía son imposibles. Nada de carros voladores o justicia rápida.
Doc Brown explica en las películas las paradojas de viajar en el tiempo y reencontrarse con uno mismo y alterar situaciones que cambiarían para siempre la estructura de "espacio tiempo". Colombia parece estar inmersa en una de estas paradojas; en una especie de maraña cíclica de eventos donde nada avanza. No más esta semana identificaron tres cuerpos de la toma del M-19 al Palacio de Justicia, ocurrido hace tres décadas.
Podemos, como nación, tener un pie en el futuro, pero insistimos en aferrarnos a lo que está en el retrovisor. Ayer, por ejemplo, un abogado anunció en La W radio que reabrirá un proceso contra el M-19 y sus cabezas. Bueno, las que estén vivas. Alega que la paz firmada con el desaparecido grupo terrorista en 1989 tiene vacíos y que personajes como Antonio Navarro Wolff y Gustavo Petro deben ser judicializados por los crímenes de hace 30 y más años. Uno creería que eso ya era agua bajo el puente, pero...
Sería muy jarto viajar a la Colombia del 2045. Si hoy tuviera un DeLorean modificado en máquina del tiempo y me fuera 30 años en el tiempo, seguramente escucharía los mismos problemas de hoy: que no se han reparado a las víctimas de la violencia, y que quieren reabrir procesos de la parapolítica y que en Bogotá el alcalde de turno -un delfín como Rodrigo Lara Restrepo o uno de los Galán- promete la construcción de la primera línea del metro.
Los programas de gobierno de algunos candidatos presidenciales incluirían la navegabilidad por el río Magdalena, mejorar la carretera con Buenaventura, y sacar al Chocó de la miseria. Y en Caldas nos prometerían sacar adelante a Aerocafé, una vía a Mariquita con menos curvas y más rápida y una salida al Pacífico.
Unos dicen que viajarían al pasado para evitar la existencia de un Pablo Escobar, de un Tirofijo o un Carlos Castaño, para evitarle tanto sufrimiento a Colombia. Pero ellos no son la causa de los problemas de las últimas décadas del país. Lo que dio origen a estos bandidos fue la desigualdad, la desidia política, la falta de oportunidades, la politiquería y en que quienes llegaron al poder pensaron en los beneficios particulares. No quisieron ver el futuro de toda una nación.
Mañana tenemos la oportunidad de elegir por quien llevará las riendas de Caldas y Manizales en los próximos cuatro años. También concejos, asamblea y juntas de acción local. Es el momento de montarnos en un DeLorean imaginario y proyectarnos al futuro. Como es un auto volador, podemos pasar por encima de toda la carreta e imposibles que muchos de estos candidatos prometen. ¿Cómo ve la ciudad? ¿Cómo ve a Caldas? ¿Cómo se ve usted en esa "realidad"?
Haga el ejercicio con cada candidato. Plantee paradojas. El tamal, los $50 mil o la falsa promesa de un puesto que le den o hagan mañana por su voto tal vez dañen la estructura espacio tiempo de nuestra ciudad y región. Ahora regrese. Mañana, antes de votar, vuelva al futuro y piense en que su decisión afectará a mucha gente. Como dijo Zemeckis "el futuro llega rápido".
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