La reciente crisis en la frontera colombo-venezolana puso a prueba una vez más a la diplomacia colombiana. Y, una vez más, perdimos el año. Puede que la canciller María Ángela Holguín se exprese muy bonito y vista muy elegante, o que Andrés González, embajador de Colombia ante la Organización de Estados Americanos (OEA), crea que pese a la derrota diplomática sufrida esta semana en este órgano, "dimos un paso adelante en el debate y se habló con precisión sobre la inaceptable violación de derechos humanos contra miles de compatriotas", pero la realidad es que no tenemos idea de hacer política exterior.
Decía el presidente estadounidense Theodore Roosevelt que en las relaciones diplomáticas "había que hablar suave, pero llevar un gran garrote. Así llegarás lejos". Pero Colombia habla suave y no lleva garrote. Y si lo lleva, los otros se lo quitan y le pegan con él. Desde 1819, cuando Simón Bolívar concretó la Gran Colombia, lo único que hemos hecho es perder territorio y soberanía.
En 1822 desperdiciamos la oportunidad de que República Dominicana y Haití se anexaran a este gran país soñado por el Libertador, por no ponerse de acuerdo en la fecha para una reunión. Para 1830 ya habíamos perdido a Venezuela y Ecuador, y a parte del Perú, Brasil y Nicaragua. En 1892, en un acto de lambonería, el presidente Carlos Holguín Mallarino (tío bisabuelo de la actual Canciller) le regala a la reina María Cristina de Habsburgo el Tesoro Quimbaya, compuesto por 122 piezas de orfebrería prehispánica y patrimonio de la Nación. En 1903, Panamá se independiza de nosotros (en ese entonces el ministro de Relaciones Exteriores era Clímaco Calderón Reyes, primo hermano de Lucila Calderón Tejada, abuela materna de la Canciller). En 1922 Colombia firma el tratado Lozano-Salomón, y cede a Perú la zona comprendida entre el río Putumayo y los ríos Napo y Amazonas. En 1952, el presidente Roberto Urdaneta Arbeláez (casado con Clemencia Holguín y Caro, prima hermana del abuelo de... nuestra actual Canciller) entrega a Venezuela el Archipiélago de Los Monjes. Y como lo que se hereda no se hurta, bajo el poder de la actual canciller Holguín, en 2012 la Corte Internacional de Justicia nos quita 75.000 kilómetros de mar del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, y se los entrega a Nicaragua.
Y hemos tenido que indemnizar al Ecuador por fumigar la frontera con glifosato, y los barcos pesqueros japoneses y chinos llegan a nuestras costas del Pacífico para matar cientos de tiburones para quitarles las aletas sin que las autoridades o la diplomacia hagan algo.
Es que ni a la Guayana le ha ido tan mal. Este año, cuando el presidente venezolano Nicolás Maduro quiso armar un lío para declarar como territorio de Venezuela los 159.500 kilómetros cuadrados del Esequibo, el mandatario guyano, David Granger, se le plantó y respondió de manera enérgica que ese país y su presidente eran "una carga insoportable". Ellos dejaron de enviarle arroz y los guyanos dejaron de recibir petróleo. Pero problema solucionado: en el Esequibo, según petroleras como Exxon Mobil, hay un importante yacimiento de crudo.
Colombia malinterpreta la diplomacia. Cree que haciéndose las víctimas y mostrando videos de gente cargando sus corotos mientras cruzan el empedrado río Táchira de la frontera van a ganar el pulso con Venezuela. En este caso, el burro de Maduro tenía el garrote y le bastó usarlo una vez con Panamá para saber que Colombia no alcanzaba la mayoría de votos de la OEA.
Tras esa derrota diplomática, los congresistas y expresidentes salieron a criticar a la canciller Holguín y al embajador González. Porque para eso sí son buenos nuestros dirigentes: para hablar. Proponen llevar el caso a las Naciones Unidas, a la Corte Internacional, incluso la Fifa, para ver si se hace un partido entre las selecciones de Colombia y Venezuela y así estrechar lazos de hermandad, rematando con un concierto de Juanes sobre el puente Simón Bolívar, como el que hizo hace años junto a Miguel Bosé.
Pura carreta. Porque nuestros políticos ni siquiera son políticos, son politiqueros. Habla mierdas de profesión interesados en ganar popularidad y votos. De ahí que en esta época electoral estén tan contentos entregando cédulas a los colombianos expulsados y a los venezolanos que se están refugiando en nuestro país.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015