"La política es el arte de hacer posible lo imposible". La frase se la acuñan a Aristóteles, a Maquiavelo, a Churchill e incluso a Bono, cantante de la banda irlandesa U2, y la recordé viendo la firma de lo que ahora llaman "Acuerdo definitivo para una paz duradera y estable". Que no es más que el quinto intento del Gobierno del presidente Juan Manuel Santos por finalizar el conflicto que desde hace 52 años tenemos con las Farc.
Y me acordé de la frase porque ese acto político logró lo que creía imposible: que aborreciera la paz.
No odio tener un país en paz. Todo lo contrario: Fue una alegría saber que el Ejército y la guerrilla no se mató en casi seis meses del cese el fuego bilateral... hasta la semana pasada cuando mataron a dos guerrilleros. Pero eso que se vende como "paz" y que se va a refrendar en el Congreso, es una papa caliente que polarizará más al país.
Por donde se le mire, ese Acuerdo definitivo está cojo. En su afán de que se implemente antes de que a Santos le entreguen el Premio Nobel de paz, buscan aprobarlo a troche y moche en la institución más desprestigiada del país. Se lo entregarán a Roy Barreras, a Armando Benedetti, al 'Ñoño' Elías, a Iván Cepeda, a Mauricio Lizcano y a otros más para que engrasen la máquina alimentada con la mermelada del Gobierno.
Y están los del Centro Democrático, liderados por el expresidente Álvaro Uribe, que intentarán sabotearlo todo. Juegan a hacerse las víctimas. Alegan que ese es un acuerdo ilegítimo y que les hicieron conejo con sus observaciones. Pero, ¿cómo llamarlo conejo si cuando los invitaron no fueron, y cuando quisieron ser parte ya era muy tarde?
A veces, mi lado más perverso desea que se arme el mierdero. Que se rompa la tregua solo para achacarle los muertos a Uribe y su arrogancia.
Los del Centro Democrático piden que se haga otro plebiscito para aprobar o derogar el acuerdo, como ocurrió el pasado 2 de octubre. Para ello no sería raro que una vez más -y como lo admitió uno de sus miembros, Juan Carlos Vélez Uribe- acudan a las mentiras y a la indignación para desinformar a los colombianos.
Para estos políticos mezquinos, los del 'SÍ' y los del 'NO', la paz no es un fin sino un medio para medirse y sostener sus carreras. Si piden que se vaya una vez más a las urnas es para conocer su poder electoral y para preparar futuras campañas presidenciales. No solo las del 2018 sino las siguientes.
"La senadora del partido conservador, Marta Lucía Ramírez, propuso adicionar una papeleta en las próximas elecciones presidenciales para consultarle a los votantes si están de acuerdo con lo que se firmó y con la manera con la que se esté llevando a cabo la implementación del acuerdo desde ahora hasta la fecha de los próximos comicios", reportó Colprensa el jueves.
Al ver esto, no quiero saber más del acuerdo... al menos por un tiempo. Da asco que, a estas alturas, primen sus intereses politiqueros que el bien del país. "Surrealismo chusco, opereta ridícula, sainete grotesco, circo hediondo... ¡Así es la burlesca y patética escenografía que nos ofrecen los farsantes y arribistas políticos de nuevo cuño!", escribió el historiador español José Luis Rodríguez Jiménez en una de sus obras.
Con todo lo que ha ocurrido con este proceso de paz, bien hicieron en firmar ese Acuerdo Definitivo en el Teatro Colón de Bogotá. Sobre el escenario no faltaron actores, acróbatas, prestidigitadores y payasos como Roy Barreras. Uno ve eso y no le queda más remedio que odiar la paz. Esa paz.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015