El Tribunal Superior del Reino Unido declaró esta semana que solo el Parlamento británico tiene el poder de activar el proceso de salirse de la Unión Europea (UE), situación que se conoce en todo el mundo como Brexit. En un fallo digno de los jueces colombianos, los magistrados británicos le quitaron el poder a la primera ministra, Theresa May, de activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, y le delegó esa responsabilidad a los parlamentarios.
Este poder de "soberanía parlamentaria" les permitiría echar para atrás el Brexit, pero pone a este organismo en un dilema.
La mayoría de miembros del Parlamento han dicho estar en contra de salir de la UE. Han denunciado el grave error que fue llevar esta decisión a un plebiscito - que, como el del Acuerdo Final, estuvo lleno de manipulaciones, mentiras y propaganda negra - y de las serias consecuencias para las relaciones internacionales y económicas que esto tendrá para el Reino Unido. Pero no se pondrán en contra del voto de la gente. O al menos eso es lo que dicen los analistas.
Una de las alternativas que plantean es, y la tomo de El País de España, "reconducir el proceso hacia una salida más limitada, opción que se conoce como Brexit blando. Esto prioriza el acceso al mercado único renunciando a la intransigencia con el control de fronteras". Un panorama que no es claro y no está demarcado por sus leyes.
Además, para demostrar lo insólito que resulta ser todo esto, la peluda situación en la que está el Reino Unido se le debe a un peluquero. Deir Tozetti Dos Santos, un estilista londinense de ascendencia portuguesa, fue quien buscó los papeles y ayudó a la empresaria guyanesa Gina Miller, a impulsar la demanda que podría frenar el Brexit. Y, para hacerlo más bizarro todavía, votó a favor de la salida de la Unión Europea. Como escribirían los tuiteros: WTF!
Esto ocurre cuando el presidente colombiano Juan Manuel Santos está de visita oficial en Inglaterra, y durmiendo en el Palacio de Buckingham. Como si hubiera arrastrado todos los males endémicos de nuestra política al otro lado del Atlántico. Las autoridades aduaneras londinenses debieron poner en cuarentena a tanto lagarto que viajó con Santos. Estaban infectados.
Lo que ocurre con el Brexit y el Acuerdo Final es de un paralelo sorprendente. Tras la derrota del Gobierno Nacional en las urnas, en su intento de aprobar el acuerdo para una paz duradera y estable con la guerrilla de las Farc, tras 52 años de conflicto armado, hoy hay analistas que buscan leguleyadas que le permitan al presidente sacarlo adelante sin tener que negociar con la oposición.
Y, como ocurrió en el Reino Unido, fue de los mismos promotores del 'No' que salió esa posibilidad de que un Tribunal Supremo anule el plebiscito y decida que el Congreso de la República sea quien defina qué hacer con el Acuerdo. Entonces surgen las ideas: cabildos abiertos, una constituyente, un nuevo plebiscito, consultas municipales... lo que sea con tal de meterle palos en la rueda.
Sin embargo, todo indica que recaerá sobre nuestros congresistas la responsabilidad de sacar adelante la paz. Tendrán "soberanía parlamentaria", como en Inglaterra, y pensar en esto da un frío en la espalda. Estamos poniendo en manos de dos de las instituciones más desprestigiadas del país - el Congreso y la justicia - el futuro del país, en un momento donde los intereses ya se dirigen hacia las campañas presidenciales del 2018.
Se corre el riesgo de que no se puedan convocar a sesiones extraordinarias para aprobar el Acto legislativo para la paz, digamos que por falta de mermelada. Entonces se irían a sesiones ordinarias, que bien ordinarias sí son, con sus marrullerías e intereses de por medio. Un trámite que podría alargarse hasta un año y que, tratándose de la paz, se manoseará para favorecer candidatos y montar plataformas electorales.
Cuando eso suceda la mejor recomendación vendrá de los británicos. No de estos del Brexit, que parecen colombianos, sino de los de la Segunda Guerra Mundial. En 1939, y con el objetivo de subir la moral de la ciudadanía en medio de los bombardeos nazis, el Gobierno inglés imprimió una serie de afiches en caso de que los nazis los invadieran. Aunque nunca vieron la luz, en el 2000 fueron descubiertos y su mensaje se popularizó: Keep calm and carry on.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015