Se llevan a cabo por estos días en la ciudad de Manizales los juegos intercolegiados; muchachos de varias edades y condiciones asisten a los diferentes escenarios deportivos de la ciudad en representación de sus colegios, a vivir con intensidad y pasión una de las experiencias de mayor huella en la vida escolar; con la autoridad que me otorga el hecho de acompañar vivencialmente el desarrollo de estas justas deportivas, deseo hoy, dedicar esta columna a compartir algunas reflexiones que me produce este interesante evento. En una de las canchas de fútbol de la ciudad, se jugaba un partido intercolegiado, entre un colegio público y otro privado, transcurrían unos 25 minutos del primer tiempo cuando llega el rector del colegio público a observar el juego y le pregunta al profesor por el marcador, luego se sienta en una parte de las incómodas y polvorientas gradas; transcurridos unos 10 minutos, manifiesta el rector: "Profe, profe, ¿qué le pasa a Vidal?, (apellido ficticio), nada está haciendo"; Vidal es un excelente jugador que maneja muy bien, en especial su pierna izquierda y, según el rector, aquella mañana andaba perdido en el campo de juego; termina el primer tiempo y se van al descanso, luego de las observaciones del profesor, el rector llama a Vidal y le pregunta: "¿qué te pasa?... te veo perdido"… Sin pronunciar una silaba, Vidal se quita su guayo izquierdo y con rabia lo tira al suelo, era un zapato que tenía más de media suela despegada, como una boca de sapo bien abierta; no se notaba mucho en la cancha porque estaba amarrada con algo de piola. Los juegos intercolegiados son una muestra palpable de lo que ocurre con la educación, veamos en un paralelo, algunas evidencias:
* Los estudiantes de colegios privados, tienen una gran ventaja sobre los públicos, en lo que hace referencia a la dotación e implementos; situaciones como la de Vidal, ocurren en todos los deportes y, seguramente, a la inmensa mayoría de los jóvenes de los colegios públicos; todos sabemos la alta incidencia en el rendimiento deportivo si se cuenta con la implementación adecuada.
* El acompañamiento por parte de los instructores, es sin lugar a dudas otro aspecto diferenciador, mientras los privados cuentan con varios técnicos especializados que acompañan la delegación, los públicos en muchas ocasiones, son asistidos por estudiantes de grado undécimo o por padres de familia voluntarios, que cuentan con hijos en el respectivo equipo; debo exaltar a aquellos docentes que con pasión, mística y entrega acompañan sus equipos por voluntad propia y sin recibir pago alguno o tiempo compensatorio.
* Como si todo esto fuera poco, los colegios privados cuentan con escuelas de formación deportiva que trabajan sistemáticamente, en todos los deportes, mínimo dos sesiones por semana, durante todas las del año; en los colegios públicos se "apuntan" a la convocatoria, todos los alumnos que dicen tener condiciones en la práctica de algún deporte.
Por todo ello, es por lo que considero que estas situaciones en paralelas proyectan la realidad que se vive en la educación, es decir, los intercolegiados son más que unos juegos, ellos ponen en blanco y negro la verdad de la educación en la ciudad y, seguramente, en el país; más que mostrar habilidades deportivas, lo que buenamente reflejan son las condiciones de vida de estos muchachos y de sus familias, las desigualdades sociales, la inequidad económica, el desempleo, la orfandad familiar y el abandono; todo esto hace parte de la alineación titular de los equipos en los juegos intercolegiados; por fortuna todavía existen instituciones públicas que luchan contra viento y marea ante esas condiciones adversas y logran figuraciones importantes; no todas asumen ese reto, no todas encuentran motivaciones para luchar contra la adversidad y, por eso encontramos competencias entre colegios públicos y privados en condiciones altamente desiguales, y cuyos resultados evidencian el abismo social que nos separa.
Además podemos ir mas allá, esas profundas diferencias influyen en lo académico y, en este sentido, me llama poderosamente la atención el hecho de que la clasificación general de los juegos intercolegiados, lo que en el mundo deportivo se llama cuadro general de medallería, sea muy similar a la categorización de los colegios en las pruebas Saber; con contadas excepciones, las instituciones educativas tanto públicas como privados que puntúan en los intercolegiados, conservan posiciones de privilegio en las pruebas Saber; buen motivo de reflexión.
Todo este contexto me hace recordar a la doctora Ana María González, exgerente de la Fundación Lúker, cuando expresa: "Sueño con el día en el cual a la misma escuela pública asistan los hijos de todas las clases sociales, el hijo del obrero y también el hijo del patrón, eso sí es verdadera democracia"…
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