Avanza con mucho entusiasmo, por los tecnocráticos espacios del Ministerio de Educación en Colombia, el proyecto de implementación de la jornada escolar única, tan cacareado en la pasada contienda electoral por la presidencia de la república. Todo parece indicar que el país educativo y el nacional andan unidos en este propósito, y que hay un alto grado de convicción de que éste sea el camino para atacar las deficiencias que en materia de calidad ha develado el sistema educativo colombiano, o por lo menos, los resultados de las pruebas nacionales Saber y las internacionales Pisa. Sin ser "aguafiestas", como popularmente se les dice a quienes no dejan volar los sueños, apelo a un momento de razonabilidad y sensatez, y pretendo aportar algunos elementos que animen la discusión y nutran el análisis de tan delicado asunto. En tal sentido me pregunto: ¿permanecer más tiempo en la escuela aumenta los resultados académicos?

El presidente Obama solicitó incrementar los tiempos de estudio para hacer más competitivos a sus habitantes frente a los surcoreanos, pues no justificaba que los "tigres asiáticos" en pleno siglo XXI, tuvieran un mes más de estudio al año que los norteamericanos; al parecer, y según el análisis del primer mandatario del país del norte, este asunto tiene toda lógica; pero,¿qué decir si complementamos el análisis y añadimos que Italia y México tienen mayores tiempos de estudio que los surcoreanos y, sin embargo, sus desempeños en las pruebas internacionales son inferiores?... En Latinoamérica sucede algo similar, estudios que al respecto se han hecho en Argentina, Brasil, Uruguay y Chile, demostraron impactos diferentes en la adecuación de esta estrategia, es decir, si bien es valorada como conveniente y positiva, no siempre se han alcanzado mejores resultados académicos.

Hay que reconocer que esta medida se ha vuelto muy popular, sencillamente porque es de alta conveniencia para muchos padres de familia, a quienes les permitiría más tiempo de trabajo o de "rebusque" y, así mismo, le quitaría público a los escenarios de ocio y vicio… pero, ¿es ese el propósito de la ampliación de la jornada escolar en Colombia?

Es muy claro que se hace necesario avanzar en el incremento significativo de los tiempos de estudio en Colombia y que la imposición de la jornada única puede ser una vía efectiva para lograr este propósito.

Queda también demostrado que aumentar la jornada escolar no repercute necesariamente en mejores resultados académicos, entre tanto sigamos con más de lo mismo.

Es necesario abrir el debate de fondo: ¿para qué más tiempo en la escuela? ¿Cuál es el propósito nacional de la jornada única en Colombia?

Luego de conciliar estas dos grandes inquietudes, avancemos en la definición de las condiciones absolutamente necesarias que hagan viable este proyecto; me refiero a los diseños didácticos, a los recursos y el equipamiento, a los espacios físicos escolares, a las condiciones de nutrición y alimentación escolar, a las condiciones profesionales del maestro y, en general, a todo lo que podríamos agrupar en una categoría que llamaríamos "factores de éxito". No tener este norte claro, no definir estas inquietudes, no garantizar estas condiciones, podría ser catastrófico para esta iniciativa, que dicho sea de paso saludo fervorosamente en bien de la escuela pública colombiana, la cual por sí sola no tiene efectos mágicos y fantasmagóricos que la hagan provechosa para la salud de la educación en Colombia.

Las trascendentales decisiones frente a esta iniciativa están por definirse; ojalá no nos equivoquemos y al detallar estratégicamente el proyecto no nos quedemos en vanas ilusiones, como el sinnúmero de generosas iniciativas que nunca han tenido aplicación, realización y posibilidad de ejecución.