Lo que debiera ser un gran honor, el máximo en una democracia como la que pretende ser Colombia, puede convertirse en el resultado de una trifulca sucia, proselitista a cualquier precio.
Algo terrible, porque hoy como nunca este país necesita en la silla presidencial a una persona inmaculada y sabia, decidida y eficaz al mismo tiempo. No son de poca monta los frentes que tiene que retar desde el instante mismo de su juramento, que lo transforma como presidente.
No se ha tomado el primer tinto a cargo del erario público, cuando se le recuerda que las cuentas fiscales están en saldo rojo por los cuantiosos subsidios erogados para subsanar el déficit de la operación agrícola del país. Con el agravante de nuevas apropiaciones para cumplir lo prometido durante la protesta manifestada en paros campesinos, en todo el entorno nacional. Exigencias fiscales inesperadas y cuantiosas, cuyo monto, de entrada, desequilibra el presupuesto gubernamental en cuantía considerable.
Esto solo entre otros magnos problemas sobre su mesa de trabajo, que le erizan el pelo al nuevo gobernante, porque se encuentra ante un hecho, que ya debiera saber. Que los reclamos violentos de los campesinos colombianos son justificados por causas e imprevisiones que se han venido acumulando y que en el momento actual han llegado a su cenit.
La producción campesina acusa un atraso ancestral, con unas ineficiencias atávicas que no le permiten competir ni siquiera con los productos de los países hermanos como Ecuador, Perú, Chile o Argentina, que pueden ingresar al país sin costos aduaneros, producto de acuerdos comerciales y regionales de tiempo atrás.
Para no hablar de los procedentes de Estados Unidos, que apenas empiezan a llegar, y de otros países más desarrollados con los cuales se ha venido firmando acuerdos de libre comercio, cuya agricultura hace rato está mecanizada, modernizada genéticamente, alcanzando costos de producción y precios de venta imposibles de competir para el agro colombiano.
Colocar la agricultura colombiana al nivel competitivo de sus congéneres de la región tomará, según expertos, no menos de quince años. Se necesitarán muchos centros de investigación para calificar las diversas regiones agrícolas, actualizar genéticamente las bases productivas, mecanizar sus áreas arables, identificar y producir las semillas apropiadas, cruzar de vías modernas el campo campesino. Esto entre las muchas otras gestiones que demanda un programa de tal envergadura. Mientras tanto hasta su culminación, seguirán los mega subsidios obligatorios, cuesten lo que cuesten.
El nuevo presidente seguramente estará muy al tanto de los peligros de una economía que padece la enfermedad holandesa como es la de la Colombia actual. El petróleo, representa más del 70% de las exportaciones colombianas. Se puede decir que el petróleo es la espina dorsal de la estructura fiscal de la nación. Que Colombia vive gracias a su existencia. Este sabio presidente sabrá que cualquier cosa que le pase al petróleo repercute ipso facto sobre la estructura económica nacional.
También debe saber que el sector petrolero colombiano es débil. Que sus reservas son insuficientes, solo para unos siete años. Que hace muchos años no encuentra un pozo con petróleo de importancia. Que las aventuras de Ecopetrol, la empresa estatal, responsable de este abastecimiento, invirtiendo en Brasil, Perú y México, no han sido exitosas.
Pero lo más grave es algo de lo cual debe estar al día nuestro nuevo mandatario, es que los Estados Unidos ha sido siempre el mayor comprador del petróleo colombiano y que ese país, nuestro máximo cliente, ha descubierto petróleo y gas en cantidades tales, que lo convierten en el más grande productor y exportador mundial de estos energéticos. Y naturalmente, ya ha empezado a reducir sus compras a nuestro país, las cuales serán cero en poco tiempo.
¿Con qué se remplazará este producto vital para Colombia y cuándo? Una pregunta cruel para nuestro mandatario.
Por hoy no más. Solo estas dos pequeñas cosas. No por falta de tema. Existen otras varias consideraciones de este tenor, que serán expuestas posteriormente.
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