Se cumplió el pasado 23 de mayo un año del fallecimiento de Otto Morales Benítez, figura preclara de esa generación que Carlos Lleras Restrepo denominó del 47. La vida de este escritor que hablaba con orgullo de sus raíces, que vivió siempre en función de la palabra, que entregó lo mejor de su inteligencia a la interpretación de nuestra realidad histórica, fue una página abierta para que los colombianos abrevaran en ella sus conocimientos sobre el Estado. Otto Morales Benítez se asomó a la vida pública para dejar la impronta de su inteligencia. La suya fue una entrega constante a las causas de nuestra identidad cultural, personificando con orgullo nuestros valores. El hijo de Riosucio le dio lustre a Caldas en el contexto nacional.
Otto Morales Benítez ingresó a la vida pública cuando apenas terminaba sus estudios de derecho en la Ciudad de Popayán. Inició su carrera política como diputado a la Asamblea de Caldas. Pero pronto, debido al brillo de su inteligencia y su capacidad oratoria, llegó a la Cámara de Representantes, donde promovió importantes debates. Pasó luego al Senado de la República. Allí fue ponente de proyectos que beneficiaron al sector agrícola. Pero el paso definitivo para convertirse en figura nacional tuvo lugar cuando Alberto Lleras Camargo lo nombró Secretario General del Partido Liberal. Esta responsabilidad le dio a su nombre proyección nacional. Hecho que se consolidó con la publicación, en 1948, de su primer libro, “Estudios críticos”.
Cuando Alberto Lleras Camargo asumió como Presidente de la República lo nombró Ministro de Trabajo. Posteriormente pasó al Ministerio de Agricultura. En el primero dejó huella por haber presentado a estudio del congreso una reforma completa a la legislación laboral colombiana. Le correspondió firmar los decretos por medio de los cuales se estableció en los Seguros Sociales la pensión de invalidez, vejez y muerte. En el Ministerio de Agricultura impulsó la Reforma Agraria. En esos años formó parte de la Comisión Investigadora de las causas de la violencia en Colombia. Le correspondió, igualmente, adelantar diálogos con los guerrilleros de los Llanos Orientales para la entrega de las armas. Fue protagonista de primera línea en el acontecer político de esa época.
La importancia de Morales Benítez se mide por la consistencia en la exposición de sus ideas. Con apenas 30 años de edad, se da a conocer como escritor al publicar “Estudios críticos”, prologado por Luis Eduardo Nieto Caballero. Desde ese momento emprende una actividad literaria que lo lleva a publicar más de 120 libros sobre diversos temas. Se consagra, entonces, como ensayista. Pero también como historiador. Sus preocupaciones temáticas van desde la crítica literaria hasta el ensayo sociológico. Como investigador, se especializó en el tema del mestizaje en América Latina. Varios analistas de este continente escribieron libros sobre sus aportes intelectuales en este sentido. Fernando Ayala Poveda y Albeiro Valencia Llano destacaron su formación humanística y su defensa de las ideas liberales.
Su prolífica obra ensayística lo coloca como una de las cifras mayores del ensayo en América latina. No en vano sobre su producción literaria se han escrito más de quince libros que desentrañan su pensamiento, que lo muestran como uno de los cultores más preclaros de este género literario, que analizan sus aportes al estudio del mestizaje en nuestro continente. Esta dedicación lo hizo merecedor de varios doctorados honoris causa, otorgados por importantes Universidades de diferentes países. Una de sus especialidades fue el derecho agrario. A este tema dedicó gran parte de sus energías intelectuales. Pero también se preocupó por la historia política de Colombia. Su libro “Muchedumbres y banderas” es un referente obligado para conocer el país político.
Otto Morales Benítez surgió de las montañas de Riosucio para gloria de Caldas. Su trasunto vital estuvo ligado a la vida misma del departamento. Fue el último sobreviviente de una generación que le dio presencia a nuestra tierra en el contexto nacional. Con Silvio Villegas, Fernando Londoño Londoño, Gilberto Alzate Avendaño, Hernán Jaramillo Ocampo, José Restrepo Restrepo y Rodrigo Marín Bernal formó el grupo de caldenses con mayor figuración en la vida política de Colombia. Llegó a ser precandidato a la Presidencia de la República por el Partido Liberal. Una de sus grandes preocupaciones fue el desarrollo cultural de Caldas, expresado en sus libros “Líneas culturales del Gran Caldas”, “Cátedra caldense” y “Testimonio de un pueblo”. A un año de su muerte, es justo recordarlo.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015