El 13 de agosto de 2014 el presidente Santos convocó a la Comisión Nacional de Competitividad y presentó los 11 ejes de la agenda de competitividad. Los que definió el Presidente fueron la institucionalidad, la estabilidad macroeconómica, las prácticas leales de comercio, la legalidad y la anticorrupción, la justicia, la infraestructura, el empleo y la educación, la transformación agropecuaria, la transformación industrial, la ciencia y la innovación, y el desarrollo regional. Estos últimos 4, los delanteros de la selección, son los 4 ejes que corresponden a la política de desarrollo productivo, o a la agenda microeconómica.

A partir de este banderazo de salida el Gobierno empezó a trabajar en una agenda concreta en cada eje, y en particular en los de desarrollo productivo. El Plan Nacional de Desarrollo "Todos por un Nuevo País," da lineamientos para el desarrollo de una política a lo largo de esos cuatro ejes en su capítulo de competitividad estratégica e infraestructura. El objetivo principal que se planteó fue el aumento de la productividad por medio de la diversificación y sofisticación del aparato productivo y la reducción del costo-país.

El aumento de la productividad, y la diversificación y sofisticación del aparato productivo son objetivos de particular urgencia dada la desaceleración del crecimiento en toda la región y la caída en los precios de bienes básicos, en particular el petróleo, que representan más del 70% de nuestra canasta exportadora.

La agenda microeconómica, o política industrial moderna, es intensiva en coordinación entre entidades del gobierno, entre gobierno, sector privado y academia, y entre la nación y las regiones. Solo logrando esa coordinación se pueden estimular los instrumentos actuales para resolver los cuellos de botella -fallas de mercado y de coordinación- que impiden que las empresas aumenten su productividad, se internacionalicen y crezcan con innovación.

En Colombia la coordinación y articulación para potenciar al sector productivo se potencia en el Plan Nacional de Desarrollo con la unificación del Sistema Nacional de Competitividad e Innovación con el Sistema de Ciencia y Tecnología en el Sistema de Competitividad, Ciencia, Tecnología e Innovación. Adicionalmente, se fortalecen las Comisiones Regionales de Competitividad como agencias de desarrollo y de planeación para la competitividad en las regiones. Esta institucionalidad es ejemplo de espacios de diálogo estructurado entre el sector privado -que debe dar la información sobre qué necesita para crecer- y el sector público, que debe proveer bienes públicos y resolver fallas de mercado.

El Sistema Nacional de Competitividad, Ciencia, Tecnología e Innovación, cuenta con órganos técnicos público-privados para la formulación de políticas y su recomendación al Comité Ejecutivo del sistema. Tres comités jugarán un rol clave en la formulación de políticas para la transformación productiva: el Comité Técnico Mixto de Innovación, el Comité Técnico Mixto de Políticas de Desarrollo Productivo de Largo Plazo, y el Comité Técnico Mixto de Capital Humano. Estas tres instancias, con participación del sector privado representado por el Consejo Privado de Competitividad, Confecámaras, el Consejo Gremial y la Andi, deberán poner al día la política nacional de ciencia, tecnología e innovación, la política de desarrollo productivo y la agenda de capital humano.

Solo con la combinación de una agenda horizontal, de reducción del costo-país, y de una agenda microeconómica de solución de fallas de mercado y de gobierno, se podrán lograr aumentos sostenidos en productividad que contribuyan a mantener las tasas históricas de reducción de la pobreza y consolidación de un país de ingresos altos, dando el salto fuera de la trampa de ingresos medios.