El pasado 18 de marzo, el Consejo Privado de Competitividad, la CAF y el PNUD, presentaron en Bogotá lineamientos para la identificación y cierre de brechas de capital humano para las apuestas productivas departamentales del país (ver www.compite.com.co). El documento presenta casos internacionales, lineamientos para la identificación de brechas y la construcción de planes de acción para cerrarlas con los arreglos institucionales requeridos y, finalmente, las experiencias de 4 pilotos donde se aplicó la metodología.

Los planteamientos desarrollan uno de los ejes principales de la política de desarrollo productivo presentada por el Consejo en el marco del lanzamiento del Informe Nacional de Competitividad de 2014. Una de las dificultades para empresas que quieren incursionar en nuevos mercados con nuevos productos, es poder conseguir oportunamente el talento humano, los perfiles y la formación que necesitan. A su vez, los estudiantes y los centros de formación no se preparan en las capacidades requeridas por sectores incipientes o que aun no existen. La transformación productiva enfrenta un problema de coordinación. Un problema de "huevo-gallina".

Resolver el problema de coordinación entre la formación de capital humano y los requerimientos de las empresas para dar esos saltos en productividad, diversificación y sofisticación del aparato productivo y de nuestra canasta exportadora, requiere ejercicios de coordinación entre gobierno, empresas y centros de formación. Este tema es un clásico ejemplo de política de desarrollo productivo, o política industrial moderna. El documento hace hincapié en la necesidad de avanzar en la agenda nacional, como la construcción del Marco Nacional de Cualificaciones y el Sistema de Certificación de Competencias Laborales contemplados en el Conpes 3674 de 2010 (2010!!!), pero adicionalmente enfatiza la necesidad de agendas regionales. Como ilustración presenta 4 pilotos en 4 clusters regionales: el cluster de textil/confección, diseño y moda de Antioquia, el cluster de servicios logísticos del Atlántico, el cluster náutico en Bolívar y el cluster de salud de Santander. La agenda es clara. ¿Cómo acelerar la formación del talento humano y los perfiles para potenciar estas apuestas productivas regionales?

La metodología que se propone tiene varios componentes. Primero, la aplicación de 3 instrumentos de identificación de perfiles ocupacionales, uno que cuantifica la demanda por parte de empresarios, otro que mide los perfiles de estudiantes según las capacidades requeridas, y otro de autoevaluación de pertinencia y calidad de la formación en instituciones de educación superior. Además de las mediciones de necesidades actuales de capital humano, el trabajo implementa una metodología de prospectiva laboral que busca conocer el tipo de habilidades que se requerirán en el futuro, dadas las tendencias tecnológicas de cada sector.

Así, se determinan tres tipos de brechas de capital humano: brechas de cantidad que miden ausencia de programas relevantes; brechas de calidad que muestran la insatisfacción de los empresarios con las competencias; y brechas de pertinencia relacionadas con la falta de coordinación entre empresas y centros de formación.

La agenda de cierre de brechas requiere el concurso de muchas entidades a nivel nacional y local: Ministerio del Trabajo, Ministerio de Educación, Sena, DANE, Ministerio de Comercio, Industria y Comercio, universidades, centros de formación técnica y tecnológica, secretarías de Desarrollo y de Educación, comisiones regionales de competitividad, Colciencias, empresarios y gremios. El escenario para lograr avanzar en esta agenda es el que diseñó el país para coordinar su agenda de competitividad: el Sistema Nacional de Competitividad e Innovación. El trabajo técnico está hecho. Es hora de implementar una hoja de ruta de cierre de brechas para dar el salto.