En días pasados mencionábamos cómo en Manizales y Caldas cíclicamente el agite político se torna tenso en cada campaña electoral, producto de la polarización y la utilización de recursos innobles, perversos y fétidos. Y esta vez no es la excepción. Por el contrario, ahora no es solo tenso el ambiente sino tenebroso y peligroso. 
Porque si antes las campañas se ensombrecían a través de volantes anónimos, panfletos y comunicados injuriosos y calumniosos, hoy han invadido las redes sociales de insultos, denuestos, acusaciones falsas y mentiras lesivas para todos. Los cobardes de internet, al estilo del tristemente célebre JJ Rendón, no han escatimado recursos para atacar a los candidatos que no son de su agrado, convirtiendo un certamen que debería ser debate de ideas, propuestas y soluciones, en un campo de batalla donde todo se vale. ¿Es esto realmente lo que queremos? ¡No!
Y aquí deberían entrar los propios candidatos a enderezar el rumbo. Porque en nada favorece a las campañas que desde su seno salgan las ofensas y se profieran los insultos, sabiendo que a la mañana siguiente serán sus propios candidatos las víctimas de un incendio empezado con saña y sin escrúpulos.
Por eso la política está cada vez más desprestigiada. Porque en el mencionado juego del "todo vale" se destruyen honras; se arrasa con la integridad personal y moral; se juega con la decencia y las buenas maneras; se generan odios, rencores incurables y heridas profundas; se acaba con el rival mediante métodos perversos; y se persigue un triunfo que a la hora de la verdad será pírrico pues la estela sangrante que queda en los rivales solo garantizará oposiciones desbordadas y enemigos perennes. ¿Valdrá la pena?
Qué bueno sería que los candidatos de todas las campañas hicieran un pacto de honor público, mediante el cual se comprometieran a impedir que sus propias campañas lesionaran a las demás, so pena de autoimponerse castigos que desemboquen en renuncias, para darle paso a quienes de verdad merezcan gobernarnos. Y que no son propiamente quienes consiguen el poder atropellando a los opositores o masacrando moralmente a sus contrincantes.
Faltan escasos 37 días para las elecciones. Y si bien aparentemente son pocos, se hacen eternos cuando tenemos que soportar tanta infamia, tanta guerra sucia y tanta desazón. ¡No más, señores! Dedíquense a trabajar cada uno en sus propuestas, en conquistar adeptos, en sumar para sus campañas; y aléjense del maltrato a sus rivales pues, en la práctica, no solo se insulta al contrincante sino que se insulta a toda la comunidad. Los electores tendremos que castigar con el voto estas aberraciones; no puede ser que gane quien más métodos pestilentes pueda utilizar, porque si esto es lo único que pueden demostrar en campaña, lo que indican al final es su impureza para gobernar.
A estas alturas, ¿existe alguna diferencia entre las propuestas de los candidatos? Seguramente sí, pero se han visto opacadas por tanto mensaje fecal enviado y sostenido en las redes. Y los electores entonces cada vez más impotentes y más envenenados. Esto no es justo. 

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Sintrabecólicas, uno de los sindicatos de la Industria Licorera de Caldas, viene manifestando sus desacuerdos con algunas decisiones administrativas y han organizado mítines y jornadas de protesta dentro de las instalaciones de la empresa. Al margen de que les acompañe o no el derecho a inferir en temas administrativos, hay que hacerles un llamado a la cordura, pues hoy la ILC ha superado los graves riesgos a los cuales la sometieron con perversidad algunos de nuestros prohombres en la administración Seidel, como para venir ahora a generar un mal ambiente con un tufillo netamente electorero. Hay que reconocer que los sindicatos de la ILC han librado cruentas batallas en la defensa de la Industria en momentos definitivos; por eso no parecen coherentes las actitudes actuales, pues los cambios en el rumbo de la empresa han sido muy favorables y, al contrario de hace unos meses, hoy se piensa en crecer en el mercado, en mejorar la producción y en sostener la Licorera como la empresa insigne del Departamento. Sería importante revaluar las posiciones y llegar a acuerdos cordiales para el beneficio de todos.