Mario César Otálvaro
LA PATRIA | Bogotá
El último triunfo sobre Cúcuta, difícil y sufrido como cualquiera que consigue un equipo sin alternativas de gol, mantuvo al Once Caldas dentro del grupo de los 8 puesto el campeonato al día, y a falta de 4 jornadas.
Es decir, la clasificación depende de la administración que se haga de esa ventaja, con un calendario factible que el más desprevenido calificaría de imperdonable no lograrlo, aunque la verdad es aventurado asegurarlo.
Todo por las complicaciones que supone siempre el enfrentar a los cuadros chicos, estando 3 de ellos en la mira, con solo un partido frente a rival directo, que es el Cali en la penúltima jornada en condición de visitante.
Con 25 puntos que se tienen en la actualidad, 2 victorias en esos 4 duelos de pronto pueden resultar insuficientes, exigiéndose una mayor cuota, lo que reduciría el margen de error y obligaría al Once Caldas a ganar mínimo 3.
Son proyecciones, que invariablemente van ligadas al producido de los demás conjuntos, en el entendido de que hay enfrentamientos entre los de arriba, y que los de abajo se colgaron de tal forma que son por lo menos ya, 8 los eliminados.
Así que paso a paso, metiendo la ficha, con actitud y compromiso, argumentos válidos a lo largo de la campaña, que inclusive han servido para tapar en parte las notorias debilidades de plantilla que son de dominio público.
Alcanzar la siguiente instancia, en un sistema que en choques de ida y vuelta da tiquete para la semifinal, ilusiona, y en esa canasta deben poner los huevos los integrantes del Once Caldas que insisto, más cómodo, imposible.
El miércoles, primera final ante Águilas, que independiente del alza que ha tenido con Néstor Otero, es accesible, y debe marcar el derrotero de ese camino exitoso que al domingo siguiente lo pondrá ante el alicaído Tuluá en el 12 de octubre.
Importante el regreso de Johan Arango, cuya ausencia se sintió ante los motilones, partido en el que al técnico le dio por poblar la zona de volantes, brindando algunas libertades a una escuadra que vino por muy poquito, y que terminó confundiendo.
Varias lecturas ofrece el hecho, y me quedó con que la resignación fue el elemento base de Torrente para la confirmación de la titular, considerando la falta de delanteros definidores, y buscando soluciones en el desenganche de Quintero y Piedrahíta.
En esa idea, y siendo el Cúcuta el contrincante, creo que Salazar debió estar por encima de Ordoñez, y plantear el juego con 2 puntas, y no con ese doble 4 que lució poco, aunque por fortuna un gol del impredecible Pérez destrabó el encuentro.
P.D. Una pausa tendremos este fin de semana con motivo de las elecciones regionales, invitando a ejercer el derecho al voto, y ese deber como ciudadanos, para que los escogidos sepan manejar el erario con pulcritud, y piensen en la comunidad.
Porque si a promesas vamos, estamos salvados, y vendrán 4 años de manjares y gloria, pues cada candidato tiene el diagnóstico preciso, la solución ideal, y según ellos, la varita mágica para resolver los graves problemas que tenemos.
Los temas sensibles son seguridad, educación, pobreza, drogas y empleo, y merecen especial atención. Luis Roberto Rivas ya fue buen alcalde, y demostró que es capaz, y Guido en la gobernación dejó una obra que vale la pena terminar, y es un hombre probo.
Hasta la próxima...
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