Mario César Otálvaro
LA PATRIA | Bogotá
Lo peor que le puede pasar a un equipo es perder el espíritu competitivo limitándose a lo que salga, y es lo que ha pasado con el Once Caldas que lleva 3 campeonatos en los que ha reducido paulatinamente la calidad de su contenido.
En ese lapso se fue un plantel completo, y hagan la cuenta, Piedrahíta, Menosse, Lucena, Hárrison, Palomino, Ordoñez, Pérez, Hernández, Izquierdo, Arango, Salazar y Culma para citar solo titulares, sin que fueran remplazados.
Razón tienen los hinchas del Once Caldas que protestan por el manejo del club, pues es evidente que el negocio montado deja al azar la participación deportiva en contravía del derecho que tiene una ciudad con varios títulos celebrados.
Entendible que quien invierta busque réditos y los obtenga –y ojala en cantidades– pero abruma dejar de lado la esencia sobre la cual se creó la institución, y más distorsionar sus objetivos llevándola al simple plan de venta o de promoción de jugadores.
En eso han tratado de convertirla quienes ofician hoy como administradores –no creo Pineda– por su poco conocimiento, una ambición que no supera la vuelta de la esquina, y ante el terror que les asalta presentarle el balance con números rojos.
Lo del gerente deportivo con Daniel Hernández no tiene justificación por los tiempos de la transacción, y por su mismo valor. Fue un suicidio, y el entierro de una campaña en la que emergió un oasis en medio del desierto.
Pero ni modo, la doble derrota ante los eliminados Equidad y Huila zanjó las aspiraciones primarias para someter la lejana ilusión a un juego de probabilidades de 3 victorias al hilo, y que empezaba anoche contra el campeón Medellín.
Si hubiese alguna intención calculada hacia la clasificación habrían retardado la salida de Hernández hasta que el Once Caldas cerrara torneo, lo que demuestra el afán perverso y desafiante de quien orienta dichos asuntos.
Grave mientras se conserven esos conceptos y esos personajes, y cada vez más distante la recuperación sobre tales preceptos cuando lo que se requiere es gente que sepa, osada, con pasión, y que sea capaz de desarrollar un proyecto codicioso.
Y para rematar dijo el técnico en conferencia de prensa que acepta los designios directivos porque no hay plata –misma posición de Torrente en su momento– con una dosis de resignación y de confort que solo conduce al fracaso.
Qué pena señor Lisi pero el futuro también es tarea suya, y en sus manos está procurar un grupo de alto vuelo, a su medida y no muy costoso, y para el efecto hay canjes, y usted debe tener una lista ya sobre jugadores del rentado que le pueden ayudar.
En noches más oscuras cogió el amanecer al Once Caldas y gracias al cariño, dedicación y pasión que tuvieron los encargados de la época fueron capaces de armarlo. Ahora es más práctico porque tiene una fuerza estructural en que apoyarse.
Audacia es el término, atrevimiento, deseos por hacer profesional una idea realizable acudiendo a políticas válidas dentro del fútbol y enmarcadas en las relaciones con el mercado, aunque a veces da la sensación de que no existen.
Porque debe aceptar que por sustracción de materia, nivel técnico insuficiente y dictámenes equivocados en instancias decisivas sacrificó una increíble opción de coronar teniendo calendario y rivales que le favorecían.
Admitiéndole culpa parcial dado que cuando asumió el pronóstico era menos que reservado –tanto que Torrente salió corriendo– pero a esa llamita le faltó candela y dejó que se apagara por no interceder en la decisión sobre Hernández y por otros motivos.
Hasta la próxima...
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015