Como la caridad entra por casa les cuento para entre nos que está circulando el libro ¿A dónde van los días que pasan? que recoge muchas de las historias de los locos bajitos que he venido publicando en algunas de mis columnas.
Al laureado poeta Darío Jaramillo Agudelo lo tramaron tales historias, me sugirió volverlas libro, le di el atropellado sí de los recién casados. Luna-Libros, de Bogotá, se encargó del resto.
Darío escribió el prólogo. Este servidor se encargó del epílogo. Encuentran el libro en el Orquideograma de la feria del libro de Medellín, pabellón F-21.
Está disponible a treinta mil pesos, pero si les parece caro, se lo pueden llevar por treinta mil pesitos. En el pabellón de editoriales independientes hay otras ricuras, incluidas varias del santarrosano Darío y del caribe Alberto Salcedo, también editados por Luna-Libros.
Sugiero que compren primero el mío antes de que me agote. Luego pueden adquirir otros. No soy "egoisto", como decía mi hija cuando estaba niña.
Para la nueva tanda de estas historias empiezo con algunas de mi nieta, Sofía Mo, quien a los tres años ha empezado a ayudarle a su abuelo a levantar pa los garbanzos:
Cuando llega la noche me pregunta: ¿Abu, dónde está el día? O: ¿Para dónde se va el día cuando llega la noche?
Diálogo entre la mamá y Sofía:
- Sofía, mañana vienen dos personas que amas mucho. ¿Adivina quiénes son?
- ¿Abita?
- Sí. ¿Y la otra persona sabes quién es?
- ¿Me contas?
- ¡Abu!
- Pero abu no es persona.
- No, ¿y entonces quién es abu?
- Es persono.
Después de haber leído un cuento de princesas y plebeyas, les quedó muy claro a mis hijas el significado de ambas. Lala tenía 6 años y un día le pedí el favor de que me ayudara llevando las servilletas a la mesa, a lo que me contestó: ¡Ay, mami, tú siempre la princesa y nosotras las plebeyas!
Sarita, niña de cinco añitos, me pregunta: ¿Don Orlando, cuántos años tiene usted? Le respondo: Sarita, ya no tengo años porque me los gasté todos. Se queda mirándome y luego contraataca: Entonces, dígame: ¿Cuántos años se ha gastado?
Manuel, cuatro años, oye en el carro la canción "Derroche" que dice por ahí que "a la noche se le fue la mano". Manuel no podía entender por qué se le fue la mano y menos aún cuál mano.
Diálogo entre Manuela y Sebastián, de cinco añitos.
- Sebastián, yo ya sé cómo se hacen los niños
- Y yo sé cómo se evitan.
"Paz es cuando uno se perdona", dice un bajito en el libro Los niños piensan la paz, presentado en la feria por el profesor Javier Naranjo Moreno. Otro niño, de ocho años, les aconseja a los negociadores en La Habana: "Lean más para que conozcan mis palabras".
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