Estábamos almorzando en Sopsokha y desde allí contemplábamos el bello paisaje de campos de cultivo y a las cosechadoras de arroz y recordábamos el cuadro de Las Espigadoras de Millet. Arriba en la colina del otro lado del Valle se encuentra el templo de la fertilidad, al que se accede por un caminito en constante ascenso. No son más de 20 minutos. Me dicen que siempre tiene visitantes, aún en el invierno cuando estos campos se cubren de nieve. En el camino se cruza el bello caserío llamado Yoaka. Las casas de los campesinos ofrecen el más típico ejemplo de las construcciones rurales tradicionales del país y en las paredes todas tienen pintados enormes falos. Casi llegando al templo me cruzo con tres bellas muchachas que bajaban y que accedieron sonrientes a que les hiciera una fotografía. El templo no es muy grande, como otros, pero sí muy hermoso. Está rodeado de una hilera de molinos o ruedas de oración. Mi guía las hizo girar todas, desde la primera hasta la última y yo hice lo mismo. Las ruedas están pintadas en vivos colores. Cada vuelta que completa una de las ruedas corresponde a una oración.
En el templo hay pocos monjes, algunos de ellos niños. Sentados en el suelo, agachados y con un libro puesto también en el suelo leen en voz alta. Tanto al acercarse como al alejarse del recinto se oye el murmullo como si fuera el de un panal de abejas. El templo se llama Chimi Lhakhang. En él había varias mujeres que subieron a pedir la fertilidad al "Monje Loco".
Regresados a la carretera y avanzando por la margen hidrográfica derecha del Punaka Chu (chu es río) llegamos a Punaka, la tercera ciudad de Bután. Las dos primeras, ya lo dijimos, son Timphu y Paro. Antes de entrar a la ciudad me detuve para contemplar uno de los paisajes más bellos de mi visita al país: los dos ríos que se juntan y en el ángulo de su confluencia el imponente y enorme dong. Es, en efecto, la mayor construcción del Bután tradicional.
Los dos ríos son: el Mo Chhu o Río Madre y el Pho Chhu, Río Padre. Punaka fue capital del país durante 300 años y el primer rey fue coronado aquí en 1907 y el tercero reunió aquí en 1952, por primera vez, la Asamblea Nacional de Bután. El quinto rey, que es el actual, tuvo aquí una ceremonia secreta antes de ser coronado oficialmente en Timphu. El hotel que me fue asignado es una construcción moderna en concreto, elegante y de lujo, llamado Kunzangzhing Resort. Está construido en una colina y tiene una magnífica vista sobre la ciudad y el valle. En mi visita al país preferí, sin embargo, los hoteles construidos en madera y pintados y decorados al estilo tradicional, todos ellos muy confortables.
La baja altitud del valle le permite tener dos cosechas de arroz al año; también siembran naranjas y bananos. En el valle se celebra en la primavera uno de los más famosos festivales del país, dedicado al dios Yeshe Goenpo. El Panaca Dzog es el segundo construido en el país y es indudablemente el más bello, especialmente cuando en primavera florecen los árboles de su entorno, llenando el aire de color lila y de fragancias. La madera de la fortaleza y de su templo anexo está pintada en vivos colores dorados, rojos y negros. Yo diría que vale la pena visitar a Bután solo para contemplar el valle de Punaka y su fortaleza-templo.
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