Las coincidencias en algunos medios de comunicación en los últimos días, me llevan a plantear una reflexión sobre la necesidad de mirar más allá de lo que parece opuesto e irreconciliable, para poder identificar que, detrás de las diferencias, siempre hay un ser humano, de carne y hueso, que tiene experiencias y sentimientos similares a los nuestros. Parece simple, pero es tan complejo reconocerlo, porque al calor de la discusión, parados en la mitad del campo con las miradas encima, es difícil reconocer que, en realidad no somos tan distintos y que es probable que el otro tenga razón en algunos temas y que yo esté equivocado en otros. 
Dice el politólogo estadounidense de origen japonés, Francis Fukuyama, en una entrevista publicada este domingo por el diario El Tiempo, que la historia de Colombia en los últimos 15 a 20 años ha sido positiva porque los gobiernos se hacen cargo de la seguridad y están asumiendo nuevas responsabilidades; sin embargo, dice que la historia es muy incompleta, por la gran diferencia entre la Colombia rural y la urbana y por la polarización frente al proceso de paz, para el cual se necesitaría un consenso político que hoy falta. 
Mientras Fukuyama habla del consenso político, la revista Semana y Reconciliación Colombia, con motivo del Día Internacional de la Paz, el 21 de septiembre, reunieron a 16 personajes de la vida pública para hablar de sus diferencias y generar un espacio de encuentro, desde las vivencias y sentimientos que tenemos como seres humanos. Una de las imágenes que me pareció más fuerte, fue la reunión de Clara Rojas con su antiguo carcelero de las Farc, Martín Sombra, quien la atendió en el momento de su parto cuando ella estaba en cautiverio; dice el artículo que se encontraron en un ambiente de respeto y melancolía; ella le llevó de regalo una libreta y le dijo ‘Usted era libre cuando yo perdí mi libertad, hoy yo estoy libre y usted encarcelado, le traje esto porque sé que cuando uno no tiene libertad, necesita escribir’. Detrás de esta historia hay un tema emocional muy fuerte, pues este hombre fue su carcelero y no era precisamente el ángel de la guarda ¿Cuál sería el proceso de sanación que hizo Clara para llegar a visitar este hombre a la cárcel y además hacerle un regalo con un significado profundo sobre la soledad del cautiverio? 
La siguiente coincidencia con relación al tema de la reconciliación, que nos sorprendió a muchos, fue la declaración del papa Francisco este domingo en La Habana, en el cierre de la homilía: ‘En este momento me siento en el deber de dirigir mi pensamiento a la querida tierra de Colombia… no podemos permitirnos otro fracaso… la paz debe estar soportada en la institucionalidad y el respeto por los derechos nacionales e internacionales para que ésta sea duradera’. Independiente del credo religioso, yo escuché, a un hombre sencillo y sensible al dolor humano, que ha dado muestras de un interés genuino por propiciar encuentros y buscar la reconciliación entre pueblos que llevan muchas décadas en conflicto, decir ‘basta, no más’ no pueden darse el lujo de seguir en guerra por más tiempo, aquí hay una oportunidad, no importa si es la mejor o no, es hora de parar. 
Reconciliación, consenso, vivencias y sentimientos como seres humanos, respeto por los derechos, institucionalidad, son algunas de las palabras que habría que rescatar en estas noticias y tal vez preguntarnos qué tienen que ver estos temas con nosotros, como sociedad, de cara al proceso electoral y a las dificultades que enfrentamos cada día ¿Con quién o con qué necesitamos reconciliarnos? ¿Cuáles son las historias de posturas radicales y egos heridos que podríamos dejar a un lado para avanzar hacia la construcción de una región donde tengamos menos pobreza y más oportunidades para todos? ¿Qué pasaría si empezáramos a invertir las ecuaciones y en cambio de poner primero nuestros propios intereses, pensáramos en el otro y en el bienestar de todos? ¿Cómo sería una sociedad donde todos fuéramos más felices y viviéramos en paz?