Unos días antes de cualquier elección popular dedico una columna a invitar a las personas a que elijan su candidato de manera consciente, que piensen en la idea de Estado, de ciudad, de departamento, de región que desean y que busquen el aspirante que más se acerque a esa noción. Que revisen que no haya estado involucrado con grupos armados ilegales, que no tenga antecedentes de corrupción, amiguismo o nepotismo. También sería bueno, de ser posible, asegurarse de que el candidato esté convencido de que su remuneración será suficiente para pagar la gasolina de su carro y que no haya usado la frase: ¿usted no sabe quién soy yo?
La apatía política en Caldas es muy alta, en la pasada elección popular para elegir a los miembros del actual Congreso la abstención en el departamento fue del 50,92%. En la Encuesta de percepción ciudadana de Manizales Cómo Vamos del año 2014, el 16% de los manizaleños respondieron, en segundo lugar, que no les gustaría tener de vecino a un corrupto y 13%, en tercer lugar, a un político. Según la misma encuesta para el año 2015, el 47% de los ciudadanos no saben de la existencia del Concejo Municipal y el 45%, del 53% de los que lo conocen, consideran que su gestión es regular. También señala el sondeo de percepción que solo el 36% de los ciudadanos forman parte de alguna organización o grupo social para fortalecer acciones comunitarias o públicas.
La gente está decepcionada y hastiada de la política, a lo que se suma el sentimiento popular de que un voto es insignificante para modificar esta realidad, que es imposible derrotar a las maquinarias. Pero esa apatía, ese fastidio, ese desencanto son los que permiten que ganen y gobiernen los de siempre, la abstención les deja el camino libre.
Sin embargo, pensando en ustedes, mis lectores, pude darme cuenta que, justamente, aquellos que destinan 15 minutos de su día a la lectura de las páginas editoriales de la prensa escrita no van a dejar de votar el próximo 25 de octubre. Que ustedes no tendrán inconveniente en sacar 20 minutos más ese día para ir hasta el puesto de votación. Así mismo, que como con frecuencia se toman el tipo de revisar los periódicos, están bien informados y cuentan con los elementos de juicio necesarios para hacer una buena elección según sus preferencias políticas.
Entonces la invitación de hoy no es a que voten, ni a que escojan con buen criterio a su candidato porque seguramente así lo harán, sino a que inviten a otras personas a votar. Como en las ventas de suplementos alimenticios para dietas o en el comercio de productos cosméticos; que convenzan a sus compañeros de trabajo, al tendero de la esquina, a los amigos, a los familiares de la importancia de votar y que les den herramientas para que hagan ese ejercicio de manera responsable. Aquí es importante tener en cuenta que no es bueno inducir a alguien que es apático a la política a que vote directamente por tal o cual candidato, sino más bien llenarlo de elementos para que puedan hacer la elección según sus preferencias.
Los que estamos convencidos de la importancia de la democracia, de los mecanismos de participación ciudadana, de la elección responsable de los mandatarios, podemos hacer un trabajo para motivar a aquellos que no creen, que lo encuentran inútil, que no entienden el sentido de la participación popular o que han perdido la fe en lo público.
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