La Corporación Cívica de Caldas organizó un foro para aportar soluciones a la situación que atraviesa la Industria Licorera de Caldas -ILC-. El evento, que se realizó con invitación abierta a todos los ciudadanos, tuvo como conclusión principal que esta es una empresa viable. Adicionalmente, el escenario sirvió para poner de manifiesto varios aspectos sobre la participación ciudadana, así como las alternativas para la ILC.

Las intervenciones que se dieron durante el Foro fueron una muestra de que los ciudadanos necesitan más espacios para acercarse a los que hacen las políticas públicas, tener información y opinar sobre ellas de manera directa, no desde la sala de su casa, el café de la esquina o las redes sociales. En este sentido, una de las conclusiones importantes del evento es que los caldenses tenemos que aprender a decirnos lo que opinamos de frente, sin que eso cause enemistades de por vida. Es precisamente por esto que se resaltó como desafortunado la inasistencia al foro del gobernador, el gerente encargado de la empresa y que solo se contara con la presencia de un diputado, el conservador Jorge Luis Ramírez.

Hubo unanimidad en que los caldenses no queremos perder la Licorera, la empresa es nuestra y podemos y debemos ejecutar las acciones necesarias para sacarla adelante. También se manifestó que parte de los problemas que hoy afronta la ILC no son estructurales sino que, en buena medida, responden a los coletazos de la administración del año 2008 que dejó la empresa con graves afectaciones patrimoniales y gerenciales.

Se plantearon varias soluciones. Un primer paso para sacar a la ILC adelante ya se dio con la depuración de los estados financieros, que fue lo que generó la pérdida en el año 2013. Se espera que en el 2014 la empresa empiece nuevamente a generar utilidades, sustentadas en cifras más reales. La ILC no cuenta hoy con indicadores de gestión ni financieros que permitan la implementación de políticas y programas, ese es quizás su principal reto, tener pronto datos fiables que permitan dar inicio a las políticas de mejoramiento.

Se resaltó en varias oportunidades que la ILC necesita un gobierno corporativo que permita trascender la interinidad de gerentes, juntas directivas y mandatarios locales. Este término se usa como eufemismo para manifestar que la empresa requiere aislar las decisiones empresariales del apetito político de los que todavía se lucran de ella. Para algunos la forma de conseguir esa independencia es mediante el socio estratégico, como una institución proveniente del ámbito privado, que permita aislar la gestión de los que siguen usando la ILC como botín.

Entre las alternativas para disminuir los costos de producción vale la pena señalar que los representantes de los tres sindicatos manifestaron estar de acuerdo con realizar un plan de reestructuración de la nómina. También expusieron que el tema está profundamente estudiado y, al parecer, bastante concertado, solo estaría pendiente su implementación. Por otra parte, se planteó la necesidad de reformar el fondo de publicidad que hoy funciona con un modelo parecido al de las vigencias futuras, causando un impacto negativo y grande en los estados financieros de la empresa.

Para mejorar los ingresos se propuso separar los negocios de elaboración y distribución, retomar los mercados perdidos en Colombia e implementar la política de internacionalización del ron, producto estrella de Licorera.

Sí se puede sacar adelante a la ILC. Para lograrlo es necesario un gran acuerdo político para permitir que la empresa implemente, de manera rápida y eficiente, las políticas y programas necesarios para su fortalecimiento interno de cara a la competencia abierta en un mercado que es cada vez más hostil para las industrias licoreras departamentales.