No comprendo a ciertos manizaleños que sufren con las propuestas de infraestructura que diseña el ingeniero Gonzalo Duque para la región y el país. Gonzalo es un raro espécimen que se da bajo ciertas y afortunadas circunstancias que en el caso de Manizales se conjugaron. Con la total centralización del país, a las provincias se les ha quitado todas las iniciativas políticas y por ende técnicas. Toda Colombia debe esperar que el especialista en Bogotá decida sobre qué debe hacer la región o el país; de esta manera, las provincias carecen de hombres capaces de entender su entorno y diseñar propuestas porque solamente ascienden en el escalafón aquellos funcionarios que juiciosamente aplican lo que de Bogotá se manda. Lo vimos en los estudios de la Juan XXIII, varios simpáticos contratistas del Ministerio de Cultura salieron con una propuesta tan desaforada que está poniendo en peligro la misma supervivencia del bien arquitectónico por proteger.
Gonzalo, basado en sus estudios y experiencia, se dedica a plantear, a llamar la atención sobre alternativas que perfectamente enriquecen la agenda del debate acerca del desarrollo que se pretende desatar en esta olvidada región. Como él no es político, sino técnico, diseña sin reparar en la viabilidad política de su propuesta. Esta posición ayuda a definir aun más su congruencia porque Gonzalo Duque no está pretendiendo ningún contrato, aspecto que le deja despejada la mente para seguir buscando soluciones a los múltiples cuellos de botella que tienen Caldas y sus zonas limítrofes.
Es importante que las regiones tengan hombres con las capacidades y características de Gonzalo Duque, porque estos hombres aportan ideas que cimientan las soluciones, especialmente, cuando los planes son públicos, o sea, le conciernen y deben favorecer a todos los habitantes muy al contrario como suele suceder. Gonzalo Duque observa, analiza, él es un hombre que piensa para plantear un posible diseño, hay mucha creatividad en sus aportes y esto se ve poco en nuestro medio.
Gonzalo Duque sería una figura nacional si la región tuviese políticos de talla que se llevarían a este ingeniero para Bogotá a aportar ideas y participar en los debates en búsqueda de las soluciones que espera este país en proceso de desarrollo, que está pasando por su mejor época en lo que concierne a inversión externa, pero como nuestros parlamentarios carecen de solvencia social me imagino que sentirán pena e incomodidad de entrar ellos mismos a ciertos salones bogotanos, cómo será acompañados de otro personaje difícil de ubicar en una categoría usual.
Otro aspecto de Gonzalo que me llama mucho la atención es su sensibilidad social. Él, como ingeniero, debería preservar una actitud de números ante los temas que trata, mas este hombre bien intencionado busca enriquecer sus planteamientos ubicando razones, de verdad sociales, para definir sus ideas. Hay en Gonzalo un valioso humanista que sabe que se debe diseñar para la gente, no para el capital, sin perder de vista la efectividad y rigurosidad del ejercicio.
No pasa semana en que aparezca los lunes su columna en LA PATRIA, donde esté ventilando otro importante tema que después va colocando en las redes sociales con la intención de aportar al debate basándose en mucha información bien decantada. Decir que Gonzalo sea un hombre polémico es desconocer sus sobresalientes características. No, Gonzalo es un técnico interesado en ser eje de un mejor porvenir para su región. Su actitud conciliadora no es el mejor punto de partida para debatir, más si es terco como todos los que estamos convencidos de la validez de nuestros argumentos.
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