Aquel profesor a quien tanto debe Colombia por el hecho de serlo, trataba de explicar a sus alumnos el valor de la mente humana; les decía que un hombre estudió muy a profundidad la mente y habló del subconsciente, de la hipnosis, los sueños y el psicoanálisis que servía para llegar a descubrir lo más oculto de lo guardado en la mente; decía él que era como entrar en la intimidad humana al estilo de un submarino en el mar; es como un submarino mental, decía.
Hizo alusión a Sigmund Freud, aquel que hizo de Viena un centro de fama en la investigación, que desde la neurología adentró la medicina no solo en el cuerpo sino también en la mente; este hombre murió a los ochenta y tres años de edad y el 23 de septiembre de 1939 a las tres de la madrugada.
Uno de los valores de Freud está radicado en que terminó por ver toda la realidad del hombre marcada por las dos pulsiones antagónicas que él llamó: eros y tánatos, es decir la vida y la muerte; este hombre no se puede ignorar en la historia de la ciencia.
Para algunos Freud no debiera ser citado en la ciencia porque criticó fuertemente el aspecto religioso de la existencia y lo clasificó como una reacción casi infantil llena de miedo ante el castigo; la verdad es que no debe temer ya que sus escritos de crítica de la religión son un alegato a favor de la honestidad religiosa, se puede decir que lo criticado por él es más la neurosis sobre religión que la Fe en Dios que orienta la vida.
En muchas páginas Freud anota que la Religión es causa de neurosis sin freno y por ello la combate como un estadio no apto para la felicidad; él prefiere recetar para ser feliz el auto conocimiento, el psicoanálisis, el análisis del sueño y del estado de alerta; termina afirmando que con solo la mente el ser humano es capaz de llenar la vida de sentido, orientación y felicidad.
Pero como bien lo dice Hans Kung, el psicoanálisis puede quitar sentimientos neuróticos de culpabilidad, pero no librar de la culpa real; puede curar enfermedades psicosomáticas pero no responder a las preguntas últimas sobre el sentido, la vida, y la muerte; su meta es hacer consciente, no perdonar, curar no salvar".
Para Freud la religión tiene la función de una neurosis obsesiva universal; pero para otro grande; Jung, por el contrario, la falta de religión viva es causa de múltiples neurosis; dice que al descender la vida religiosa han aumentado considerablemente la neurosis.
Terminó el profesor aquel diciendo a sus alumnos de Filosofía: creo que se puede afirmar recordando lo anotado por Descartes que el "pienso luego existo" se puede concretar en el "creo, luego existo" que bien orienta la existencia.
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