Aún se habla de fantasmas, asustos, madremontes, patasolas y otras creaciones populares que siembran miedos, apatías, huidas de tanto lugar y situación; es como "el coco" de antepasados, "te partirá un rayo" como sentencia de castigo por cualquier desobediencia, "verás un bulto negro en la entraña de la noche", amenaza para lograr lo deseado.
Es verdad que son muchos los miedos que manejan las personas, aún en el ambiente de hoy; al presente y sobre todo al futuro frente al cual siempre imaginamos lo peor, la catástrofe, la destrucción, la profecía de aquí y de allá casi siempre que anuncia caos, disolución; parece que el proceso evolutivo solo buscase destruir y destruirse dejando tras de sí un terrible caos, sombras y terror.
Llama la atención el aumento de grupos con música de terror, atuendos y vestuarios negros y con símbolos de muerte, gritos de sangre y odio; algunas pinturas que ahora luce la ciudad llaman la atención por sus características de horror: ojos brotados, bocas desorbitadas, lenguas que salen como serpientes, pies y manos con deformidades resaltadas; si ese es el arte de hoy entonces es la expresión de lo miedoso, enorme, deforme, destruido, salido de la normalidad y armonía.
A finales del siglo XVIII se vivió una oleada parecida: la armonía cayó en desorden, la pintura no representaba ya la belleza de los paisajes y los seres sino guerras, desiertos, oscuridades; como hoy al contemplar ciertas obras pictóricas o de escultura, o escuchar cierta música, el ánimo se exalta, se eriza, se descompone, se arisca, se llena de miedos e inseguridades, así en aquella época ocurrió algo similar.
Un gran escritor que murió muy joven opinó sobre aquello y creo que tiene validez hoy; Georg Federico Novalis dejó su pensamiento resumido en una frase iluminadora: "en ausencia de los dioses, reinan los fantasmas", es decir cuando se esconde a Dios de la existencia, nacen como acompañantes multitud de imaginaciones casi siempre fantasmales, de miedos y terror, de inseguridad y destrucción.
No es bueno quitar de la vida humana la presencia de Dios quien como Luz fulge con lo bello y bueno de la existencia; al estar clavados en la pantallita del celular que manipulamos constantemente hemos olvidado mirar a los ojos de los demás, a las estrellas en la noche, a las mariposas en su volar, a los peces en su elegante belleza y colorido, al arco iris, a la nube que parece pincelada de arte.
No quiere decir esto que el uso de las técnicas comunicativas sea inconveniente o negativo, pero sí vale invitar de nuevo a mirar y gozar viendo, a escuchar y deleitarse en los sonidos, en una palabra a tomar la vida como belleza y arte y no caos y ausencia de sentido.
Cuaresma es invitación a mirar de cerca a Jesús de Nazaret y captar en Él la belleza de la vida, el sentido del servir y morir, crecer y darse. No dejemos pasar este tiempo privilegiado; volvamos a Dios y huirán los fantasmas.
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