¿Qué fue primero la medicina o los médicos? Podría tener importancia definir el origen o sea establecer el orden entre la medicina y sus actores. Pero, en la actualidad es poco útil porque lo que importa en esencia es la acción y en segunda instancia quien lo practica. Nunca habrá medicina sin médicos.
Perdido en la lejanía de los siglos, alguien necesitó por primera vez de un tratamiento, cualquiera que fuera, estaba urgido ese ser primario de una ayuda para recuperar su salud, con ello necesitaba de uno o varios elementos que no estaban a su alcance individual aunque si dentro del grupo. Para manejar la situación apareció el oficiante y ese en conceptos, prácticas y términos elementales pasó a la historia como el médico. 
¿A qué viene esta disgregación? Simplemente que el médico ha conservado milenariamente su sitio, a pesar de lo que hoy se pretenda con su persona y con su oficio. El médico antiguo o el moderno, tienen cualidades que permiten enaltecer su persona y profesión. Que haya excepciones es lógico o al menos entendible por la misma sociedad o por sus colegas.
Lo que ha cambiado radicalmente es la medicina. No es comparable a pesar de que en la antigüedad se esbozaron avances de tal magnitud para la época, que se consideran verdaderas proezas pero fueron el fruto de mentes brillantes y oportunidades, la humanidad siempre tendrá que rendirles tributo, sino que se explore la participación en la esperanza de vida al nacer ha sobrepasado los 88 años, Colombia 78-82. A inicios del siglo XIX eran 30-40 años. Eso solo si se analiza un factor. Pero existen otras decenas de ellos, que demuestran el avance de la medicina hasta convertirse en la ciencia, la tecnología y el arte, que hace dos siglos era inimaginable. Hay que recordar la tecnología del espacio
La medicina que se ejercía hasta la década de 1990, tenía un elevado manejo del paciente, que había sido perfeccionado desde los tiempos de Hipócrates. El paciente desde el inicio del siglo XX, comenzó tímidamente a intervenir en el manejo de sus propias enfermedades pero en términos generales, el estado de sumisión frente al médico era proverbial.
Las mejores Escuelas de Medicina siempre destacaron a los enfermos por encima de los textos, revistas, congresos y de cualquier otra actividad que impidiera menospreciar el valor del paciente, eje de la medicina y valor sin discusión dentro de la naturaleza. 
Alrededor del año 1990 y siguientes, se hizo fuerte una tendencia que ya venía en alza pero que se evidenció con un cambio radical en el manejo de los pacientes, primero fueron unos y luego poco a poco casi todos entraron en la moda, sólo unos se resistieron, de lo que se conoció como Medicina Basada en la Evidencia.
Los nuevos protocolos de atención médica en diferentes disciplinas, válidos para todo el país, se estructuraron bajo esta concepción de tal manera que lo que lo que no estaba investigado y probado fehacientemente bajo rigurosos modelos analíticos, no tenía la autorización para ser utilizado en el diagnóstico, la terapia o la rehabilitación de un paciente.
Dicho de otra manera, la ciencia y la tecnología, en su máxima expresión por encima de cualquier otra consideración. Lo que no estuviera respaldado por la Medicina Basada en la Evidencia, no era aceptado era peligroso y por lo tanto quien no se atuviera a las estrictas normas dictadas por el Ministerio de Salud y adoptadas por las Escuelas de Medicina y Sociedades Científicas, pudiera estar incurriendo en severos problemas. 
Quedó a la vera, la experiencia del médico fundamentada con juicio. Los profesores de trayectoria, aquellos que construyeron Escuela en el amplio sentido de la palabra ya no tenían el mismo impacto en sus estudiantes. El arte y la ética sin ser extraños, eran discretos.
Ahora, sin dejar de ser científica y técnica, en elevado grado, la medicina trata de regresar a un concepto que tampoco es nuevo pero marca un rumbo alternativo: Medicina Basada en la Persona.