En una noche manizaleña, hace 78 años, un grupo de médicos de Caldas constituyeron el Colegio Médico de Caldas, organismo filial de la Federación Médica Colombiana. Maestros como Jorge Luis Vargas, Guillermo Londoño, Alfonso Naranjo, Fernando Valencia, Abelardo Arango, Ramón Londoño, Filiberto Carvajal, Rafael Henao, Ricardo Jaramillo, Roberto Restrepo, Vicente Emilio Gaviria, Fermín González, Luis Gonzalo Gómez, Arturo Congote, Carlos Arturo Jaramillo y Juan Antonio Toro, entre otros, hicieron una medicina de altísima calidad en congruencia con los recursos de la época. Posteriormente, ejercieron un liderazgo universal fructífero en la vida caldense y nacional, porque el Colegio ha sido una excelente escuela de líderes.
Desde esa época, la institución ha tenido etapas de esplendor gremial y social, en el sentido de la defensa de la sociedad, así como años en donde su labor fue extremadamente reducida, hasta perder su estructura de gremio.
A nombre de la reconocida y necesaria entidad hace presencia un grupo pequeño y selecto de colegas, bajo la dirección del médico José Norman Salazar, quienes con entereza emiten conceptos y solicitan cumplimientos de normas, pero sin la contundencia de un ente organizado y solidario que debe actuar en forma permanente en defensa de los médicos, su ejercicio profesional y, sobre todo, como su misión indica: Blindar a la sociedad contra las interferencias perniciosas dentro del ámbito de la salud.
Los postulados de la Federación Médica Colombiana y de los colegios departamentales, determinan: La salud es un derecho inalienable para todos; las instituciones estatales, -añadiendo ahora las privadas-, de la salud y la seguridad social son instrumentos fundamentales para el disfrute de los derechos de los colombianos; la medicina es una ciencia y su historia y la función social que desempeña merecen un ejercicio con dignidad, autonomía, independencia y autorregulación, y, el conocimiento médico es un patrimonio social, económico y cultural del país. ¡Mejor no puede expresarse!
Los anteriores preceptos directos deben prevalecer en Colombia, con respecto al médico, las instituciones y la sociedad. El Estado, sin atenuantes, debe cumplir con los deberes absolutamente obligatorios frente al médico y en general con los colombianos en la defensa constitucional del derecho a la vida digna y una parte de ello es la salud. ¡Acciones frecuente e impunemente conculcadas inclusive por los intermediarios privados!
Los principios fundamentales que han adoptado la Federación y los colegios, son un compendio de mandatos que es necesario reactivar en Caldas en forma organizada para que tanto médicos como los integrantes de la sociedad caldense, tengan herramientas que conduzcan a proteger los derechos inalienables de las personas. ¡La tutela no es el único camino!
Definen taxativamente la Federación y los colegios que: La persona es una unidad psíquica y somáticamente integrada, sometida a diferentes influencias externas. El método clínico es un procedimiento científico utilizado por el médico utilizando la ciencia, la tecnología y habría que añadir sin pudor, el arte; la medicina es una profesión que tiene como fin cuidar de la salud del hombre, sin restricciones de ninguna índole y sobre todo ayudar a prevenir las enfermedades.
Además: En las investigaciones que emprenda, tanto sencillas como complejas, debe ajustarse a la ética existente y a preservar, ¡sin atenuantes! los intereses de las personas; la excelente relación entre el médico y el paciente, -fuera usuario-, debe tutelar el ejercicio de la medicina; el médico está obligado a transmitir sus conocimientos bajo condiciones definidas, agregando: Sin el menoscabo de la verdad y la libertad de cátedra en lo pertinente.
Continuando: El médico es un auxiliar de la justicia en lo que ordene la ley; el médico debe recibir una remuneración justa, ¡con mayúsculas!, por su trabajo; el médico no puede exponer la vida de las personas cuando inicie acciones reivindicativas; los médicos están obligados a sujetar su conducta pública y privada a la ética universal; la ética de los médicos tiene implicaciones humanísticas. Finalmente: El Colegio es indispensable en la defensa de la Ética Médica. ¡Caldas, lo necesita!
Nota: El Colegio Médico fue ejemplar en la defensa del Hospital Universitario.
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