El viernes anterior el expresidente y actual magistrado del Tribunal Nacional de Ética Médica, Fernando Guzmán Mora, disertó en la Universidad de Manizales sobre el tema ¿Por qué demandan a los médicos en Colombia? 
Guzmán Mora, es un reconocido médico, polifacético, autor de libros, artículos y fallos que han servido para extensos análisis, los cuales terminan en una profunda controversia o en una identidad total con sus tesis. Ha asesorado a la Gran Junta Médica, de carácter nacional, en varios proyectos de ley y normas ministeriales sobre la seguridad social en salud o ética médica. 
Es un acérrimo enemigo, visceral como se define, de la Ley 100 de 1993, reconociendo en ella avances sociales que se quedan en papel y letras muertas. Así lo enseña en todos los recintos y ante diferentes auditorios, ello mismo lo repite en sus escritos y planteamientos éticos-jurídicos, y es un gran defensor de los médicos ante las dificultades derivadas de una pésima aplicación de las normas. 
En la plática sobre los motivos por los cuales los médicos son denunciados, con razones y sin razones, presentó un largo listado de temas sobre los cuales en todo el país los enfermos, familiares, autoridades sanitarias, instituciones y hasta colegas, solicitan se investigue una determinada actuación durante el ejercicio médico. 
Aunque la reforma de la Ley 23 de 1981 va más allá de un simple o complejo acto médico, es importante considerar que en un sentido amplio la ética médica trasciende el contacto con el paciente o las decisiones específicas sobre él, reiterando que la falta puede suceder por acción o por omisión. 
Independientemente del cumplimiento de obligaciones contractuales del médico con las instituciones, con el paciente o con familiares de éste, e igualmente cuando por condiciones especiales como los menores de edad o por deficiencias mentales de los enfermos, éstos dependen de otra persona, el manejo del ambiente en el cual se desarrolla el acto médico es fundamental para lograr las metas que se proponen médico y paciente, las cuales tienen que coincidir en la esencia. 
Lo fundamental que buscan paciente y médico, con diferentes aportes, es la prevención de la enfermedad o complicaciones de ésta; la curación o estabilización del padecimiento; la rehabilitación; la inducción a la adquisición de hábitos saludables e impedir nuevos episodios no deseados. 
Pero las actitudes del médico y el paciente, ambos a la vez o solo uno de ellos, no siempre se expresan de una manera que no inciten a un conflicto personal, y que impidan una buena relación médico-paciente, trascendental para el cumplimiento de un acto médico satisfactorio. Los resultados benéficos del acto o actos médicos, como lo ratificó el magistrado, no pueden ser asegurados por médico bajo ninguna condición, y solo prometer lo que no se puede cumplir con exactitud es causa de queja por incumplimiento. 
El doctor Guzmán Mora, indicó que la cirugía plástica no es una actividad de resultados y que nadie debe prometerlos, aunque muchos pacientes los exigen, pretenden o creen que ellos se deben dar. La poca claridad y las suposiciones sin un definido consentimiento informado, han causado más de una reclamación. 
Distinto es que no se cumplan los requisitos que imponen los estrictos protocolos de atención en salud, no atiendan exactamente al estado del arte, o las instituciones no brinden el máximo de seguridad a los pacientes. 
Igualmente expresó el magistrado, en forma reiterada, precisa y contundente que hay actividades de los médicos en donde hay exigencias en los resultados ante la evidencia objetiva de los estudios, como es el caso de la radiología y todas las imágenes; la medicina de laboratorio; la anatomía patológica; y todo aquello que deje documentos que podrán ser analizados posteriormente, como son los estudios cerebrales, cardiológicos, pulmonares, físicos y otros más, que determinan el diagnóstico.