Gonzalo Duque Escobar, ingeniero civil y profesor de la Universidad Nacional, con estudios en geofísica y mecánica de suelos, menciona que desde épocas inmemoriales el termalismo ha desempeñado un papel relevante en el desarrollo del turismo y de las actividades urbanas en los escenarios europeos.

Este tipo de aguas están, por regla general, asociadas a los ambientes volcánicos, pero no están diseminados por cualquier lado. Aparecen en bordes de las placas tectónicas, como es el caso del Cinturón de fuego del Pacífico, que recorre la costa occidental de las Américas, el oriente asiático y Oceanía; también aparecen en el Caribe y en el sur de Europa sobre una fracción de la Línea Alpes-Himalaya.

En Colombia el vulcanismo se localiza en tres segmentos diferenciados, con cerca de 15 volcanes activos. El primero, es el de los volcanes del sur en Nariño: Galeras, El Cumbral y El Azufral, entre otros.

El segundo, le corresponde a Huila y Cauca, con el nevado del Huila y el Puracé, y el tercer, los volcanes de los Andes suramericanos, asociados a un vulcanismo de área que se desarrolla en el Machín y llega al norte de Cerro Bravo, y que comprende las cumbres nevadas del Ruiz, Tolima y Santa Isabel.

Señala que los reservorios subterráneos, que explican la existencia de esas aguas, provienen de las aguas lluvias que al precipitarse en lo más alto de la cordillera, se condensan en los bosques de niebla, en las zonas de páramo o se funden en los  glaciares y se infiltran por las fisuras de las rocas para fluir ganando profundidad, alcanzando grandes honduras dentro de la capa subterránea, llegando a vecindades de las fuentes de calor asociadas con el magma.

Posteriormente los acuíferos afloran en superficie como aguas termales, arrastrando minerales y fluidos que ponen en evidencia las máximas temperaturas alcanzadas en el subsuelo.

Si por cada kilómetro de profundidad la temperatura aumenta 33 grados, en ambientes magmáticos, las aguas subterráneas termales puede alcanzar temperaturas de 100 a 400 ºC.

En ocasiones se establecen en reservorios cubiertos con capas, sello de lavas sanas y de suelos arcillosos impermeables, constituyendo a menos de 2 kilómetros de profundidad una fuente aprovechable al quedar en una condición de “olla pitadora”, que podría proveer energía renovable.

¿Cómo se aprovecharía la presión de estos fluidos profundos a altas temperaturas para producir energía utilizable?, ¿Porqué no se usa ese potencial energético?

La energía de las aguas termales puede llegar a mover turbinas de forma continua, para luego conducir ese vapor con temperatura residual utilizable a invernaderos que, con atmósfera controlada, pueden producir vegetales frescos o llevarla por termo-ductos hasta los centros poblados para fortalecer el sector hotelero.

Desde 1979 hasta 1986, la Chec con apoyo del Estado y de profesionales italianos estudia las fuentes termales del Complejo Ruiz-Tolima para aprovechar nuestras fuentes energéticas. Hoy las investigaciones relacionadas con la generación geotérmica de Colombia las adelanta Isagén.

Destacado:
Los acuíferos afloran en superficie como aguas termales, arrastrando minerales y fluidos que ponen en evidencia las máximas temperaturas alcanzadas en el subsuelo.

COMENTARIO ADICIONAL:
Enfatiza que hay que tener cuidado de no contaminar el medio ambiente con las aguas termales, dado que estas arrastran sustancias químicas y minerales, pero aclara que las aguas termales son un bien preciado que no se debe desaprovechar.
En el Marco del Paisaje Cultural Cafetero, el termalismo posee ventajas competitivas por la posición geoestratégica de la ecorregión y la vecindad de las fuentes a los centros poblados.

Termina referenciando que el potencial hidroenergético de Colombia es el equivalente a 100 veces Chivor, y el de Caldas dos “chivores”, es decir, 2 millones de KW, de los que hemos desarrollado cerca de la tercera parte.  Igualmente, a pesar del potencial de la energía solar, al igual que con la geotermia, no hemos avanzado en su aprovechamiento.