Rudolph Homes

El mecanismo más efectivo para distribuir el ingreso es con impuestos progresivos y gasto público eficiente y focalizado. Con los niveles de concentración del ingreso que existen en Colombia, es válido por lo menos analizar cómo podría llevarse a cabo. El principal argumento que se ofrece en contra de ello es que mayores impuestos, en general, y en especial los impuestos al capital inhiben la inversión y reducen el crecimiento. Los impuestos al capital reducen la rentabilidad de las inversiones. Por esa razón se afirma que pueden afectar negativamente la inversión. Pero además del costo de capital, la demanda juega un papel esencial en las decisiones de inversión.
Por otra parte, el análisis anterior no incluye el del gasto que se financia con los impuestos recaudados. Si estos se destinan a reducir el déficit fiscal, por ejemplo, entonces pueden hacer que bajen las tasas de interés y también la demanda agregada. Si se usan para financiar el programa de inversión del gobierno en infraestructura (4G), la reforma educativa, o para fortalecer el sistema de salud, muy probablemente tengan un efecto positivo sobre la inversión y el crecimiento, porque aumentan la productividad del capital, la del trabajo, y la inversión pública.
Consideraciones como las del ejemplo del párrafo anterior es lo que ha llevado a los economistas de Fondo Monetario Internacional y la OECD, entre otros, a cuestionar en forma muy prudente y por ahora muy tentativa lo que en esas instituciones y entre economistas ortodoxos se consideraban reglas inamovibles.
En primer lugar, la posición tradicional oficial de estas instituciones era apostarle a la austeridad, que era lo más seguro. Por eso el FMI, como lo hace el gobierno alemán, ponía todo su empeño en predicar equilibrio fiscal. En segundo lugar, no hacían diferencia entre el gasto que promueve crecimiento y el resto del gasto, ni tampoco tenían en cuenta que el gasto que promueve mayor igualdad puede tener efectos positivos sobre el crecimiento económico (Jonathan D. Ostry, Andrew Berg, and Charalambos G. Tsangarides, Redistribution, Inequality, and Growth, IMF Discussion Note, February 2014).
Este es un cambio fundamental en la manera de pensar de estas instituciones, no solamente porque ponen en duda la aplicación indiscriminada de programas de austeridad, sino porque también dicen que si los impuestos recaudados financian gasto que promueve la productividad o mejora la igualdad, el efecto de este gasto sobre el crecimiento y la inversión muy posiblemente es positivo.
Que el economista principal de FMI y su equipo de colaboradores con la "bendición" de la institución estén diciendo esto en público es un cambio de doctrina. Equivale, en otro contexto, a que un grupo de cardenales le hubieran dicho al Papa que "quién es él para juzgar" que el aborto es admisible en cualquier caso y el Papa les hubiera dado permiso de hacer la pregunta públicamente.
Hace falta incorporar a esta nueva doctrina que usar los impuestos para financiar políticos, para alimentar la corrupción o para seguir pagando por la ineficiencia, la incapacidad y el desperdicio del estado tiene efectos desastrosos.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015
GASTOS INNECESARIOS: LAS CORBATAS
EL ESTADO Colombiano en todos sus niveles territoriales va a tener que imponer como política central e indestructible, la necesidad urgente, y todos los días perentoria, de administrar con mucho celo y rigor sus empresas públicas. No es correcto llenarlas de "personal de directorio". Lo mismo hay que decir de muchas dependencias administrativas de los diferentes poderes de la república, que por ningún motivo las deben llenar de de corbatas, o mejor sería decir, de gente que no se necesita y requiere para lograr sus visiones y mucho menos sus misiones.
TODOS los políticos tienen que entender que la administración del Estado tiene que cumplir serios requisitos de dirección y manejo a la par con la trasparencia, optimización y la eficiencia, y que no pueden infestar a empresas y dependencias de personal innecesario, que a la larga le trae a las organizaciones de la órbita estatal, grave daño y perjuicio a la disponibilidad de recursos para la inversión.
LOS GASTOS de funcionamiento en el área de personal tiene que estar bajo la línea justa de lo absolutamente requerido por su escala de producción de bienes y servicios. Ir más allá es defraudar al Tesoro público.
ESE PERVERSO y despreciable asuntico de las nóminas paralelas y asesores de los asesores, es insano y pérfido contra la administración pública y las buenas costumbres.
OTRO PUNTO es el referido a que los exorbitantes gastos de publicidad e imagen de las empresas de servicio público tampoco se deben presentar, pues todo ello le resulta encareciendo las facturas a las familias y empresas. Colombia debe revisar el tema de los gastos de funcionamiento que se están dando en materia de personal en el área de su funcionamiento.