El Sello Editorial Red Alma Máter, dentro de su colección Clásicos Regionales, acaba de publicar la Poesía Completa de Noel Estrada Roldán*, un aguadeño radicado desde muy niño en Calarcá, Quindío, acogido por familiares cercanos cuando murió tempranamente su madre, por donde inició su periplo trashumante, que lo llevó a varias ciudades colombianas, a vivir en el campo, alejado del "mundanal ruido", entregado a las delicias del amor y al asombro de la Naturaleza; y a España, siempre en función del verso clásico, de rigurosas rima y métrica; sin concesiones a las estrofas "despeinadas", a la expresión prosaica, a la vulgaridad y a la bajeza, hasta terminar, inexplicablemente, en Circasia, Quindío, pobre y alejado. Lo acompañaron, con incondicional lealtad, su enhiesta figura, elevada, rebelde y digna; los libros, que devoró desde temprana edad en las bibliotecas familiares, para recorrer todos los caminos del mundo, pasajero en las páginas más selectas de la lírica y la narrativa universales; y Martha, su musa y hada protectora, adherida a su alma y a su piel.
Los responsables de la edición de la poesía completa de Estrada Roldán, los profesores Carlos Alberto Castrillón y Diego Alberto Pineda, no solamente lograron un hermoso libro, de impecable factura, sino que escudriñaron todos los rincones de su vida y obra, y en dos enjundiosos ensayos, de excelente calidad literaria, serios, objetivos y eruditos, plasmaron un trabajo magníficamente antológico.
Hace muchos años conocí a Noel Estrada Roldán en Bogotá, e iniciamos una relación intelectual que se mantuvo hasta el día en que recibí de Martha una llamada al amanecer: "El poeta murió". Me atraía de su obra el rigor por las formas clásicas del soneto, que era su máxima expresión, sin incurrir en la exageración de decir que era uno de los mejores sonetistas de la lengua española. Pares suyos hay muchos. También llama la atención la riqueza del vocabulario que usa Estrada Roldán, con palabras que son ajenas a la parla común, pero que, por esa misma razón, tienen el misterioso encanto del lenguaje poético.
Buena parte de la rebeldía social de Noel se estrellaba contra los poderosos del dinero. "Aunque tu adhesión incondicional al rico te impida analizar con ecuanimidad, él es el ladrón (…)", dijo en el epígrafe de su soneto Epitalamio. Tal vez esa fue la principal razón de su exilio final en la pobreza, sin más patrimonio que unos animales domésticos, para los que, de cualquier manera, conseguía comida, así a él le silbaran las tripas; y el amor de Martha, ese sí, valioso como un potosí. Yo confrontaba esta situación con la del poeta Carlos Villafañe, protegido del doctor Hernando Caycedo, en cuyo hotel Alférez Real de Cali vivía sin pagar nada; y con la cómoda "corbata" que le creó don Carlos Ardilla Lulle a Jorge Robledo Ortiz, con oficina y secretaria en el edificio Coltejer, de Medellín, dizque como "relacionista". Pero el talante de Noel Estrada Roldán no le hacía concesiones al "estiércol del demonio".
* Red Alma Máter. Carlos Alberto Castrillón / Diego Alberto Pineda (Universidad del Quindío), Estudio, Edición y Notas. Gráficas Olímpica S.A., Pereira, 2014.
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