Existe un concepto nuevo y sorprendente, es el de neuroplasticidad, que es la capacidad que tiene nuestro cerebro para modificar las rutas que conectan a las neuronas, generando así cambios y adaptaciones. El neurocientífico Joe Dispenza escribió un libro al respecto, que se basa en el planteamiento: “El mejor hábito que puede romper es el hábito de ser usted mismo”. El autor aconseja no esperar por los momentos de crisis o por la aparición de una enfermedad para hacer cambios, sino más bien hacer del cambio una elección y no una reacción a nuestras circunstancias.
Según los expertos, las personas pueden cambiar sus cerebros y, por tanto, cambiar sus vidas, si tienen hábitos saludables como corregir creencias negativas y practicar la meditación, la cual aumenta el flujo sanguíneo a la corteza prefrontal que es la parte encargada de la planificación de los comportamientos cognitivamente complejos como la expresión de la personalidad y la toma de decisiones, entre otras. Los estudios de estos científicos demostraron que con 8 semanas de meditación diaria se fortalece esta parte del cerebro y también se mejora la memoria. Para Joe Dispenza el principal objetivo de la meditación es ir más allá de la mente analítica para llegar al subconsciente, donde se pueden realizar los cambios reales y permanentes y conectarnos con lo que algunos místicos llaman el campo de todas las posibilidades.
La creación de cualquier hábito implica constancia y repetición, se dice que en 21 días logramos instalar una nueva rutina en nuestros cerebros, lo que hace la repetición es formar nuevas conexiones neuronales y reforzarlas para ir generando el hábito.
El autor de Breaking de habit of being yourself expone en su libro algunos principios de física cuántica que nos explican por qué tenemos la capacidad de modificar nuestra situación personal; uno de ellos es que una partícula no se manifiesta en la realidad hasta no ser observada, lo que en esta ciencia se llama el efecto del observador. Otro principio plantea que a donde el observador dirige la atención es a donde pone su energía. Pero para aplicar estos principios debemos romper los hábitos que nos hacen pensar, sentir y actuar siempre desde lo conocido. Según el autor, si logramos recrear un evento en nuestra mente que queremos que se materialice y experimentamos las emociones relacionadas con el suceso antes de que se manifieste en el mundo físico, este sería el momento en el que estaríamos reescribiendo nuestro futuro e instalando nueva información.
Yo sé que ya lo hemos escuchado, pero cada vez lo refuerza más la ciencia; los pensamientos tienen consecuencias tan grandes que pueden crear nuestro futuro. Espero que este artículo les despierte el interés de saber más sobre la neuroplasticidad, pues creo que es una verdadera herramienta para el cambio personal.
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