Con solo mirar rápidamente los pensum de la gran mayoría de programas de comunicación social y periodismo del país se puede analizar, por ejemplo, que en el tema mediático estamos cubiertos, radio, prensa, televisión y algunas fortalezas en el tema digital son muy bien vistas por quienes desean ser los comunicadores del futuro, algo de periodismo investigativo y las teorías que nunca faltan. Pero, y la ciencia ¿qué?, en el eje cafetero ninguna universidad tiene ni siquiera electivas sobre periodismo científico, en la revisión que hice solo la Universidad Sergio Arboleda tiene una clase: Comunicación, ciencia y tecnología.
Ángela Posada, Lisbeth Fog, Pablo Correa, quienes han realizado estudios en el extranjero en divulgación científica son ejemplo nacional, otros como Alexandra Serna y Jhon Jairo Martínez, en su entonces en este diario, han tomado la decisión de abordar estos temas complejos y espinosos; pero en general los periodistas de hoy en día no sabemos cómo contar la ciencia, ni dimensionar la importancia de las investigaciones científicas.
Luego de leer el producto final de las entrevistas que les realizan, muchos expertos dicen: “esto no fue lo que le dije”, “esos datos que puso están mal”, “no entendió mi investigación”, lo que nos lleva a un efecto bola de nieve, los medios abordan de manera errónea los temas y los científicos prefieren evitar divulgar sus avances por miedo a alguna impresición.
La ciencia y la investigación, que en Colombia está en crecimiento, en algunos medios se quedan en la presentación del nuevo Iphone, la entrega de los premio nobel o algún tema que viene de la NASA.
Iniciativas como Caldas Biodiverso, que busca unir en un mismo espacio a creativos, investigadores y actores sociales para realizar productos de divulgación científica de calidad, Fundeca y su búsqueda de motivar a los niños a aprender de ciencia son de resaltar, o lo que ha hecho BIOS al realizar un curso con la experta Ángela Posada Swafford para periodistas, son intentos relevantes pero que se quedan en acciones puntuales.
Es que la ciencia está moviendo al mundo, Israel invierte el 4.6% de su PIB en esta temática, Brasil tiene más de 40 mil patentes pero Colombia no pasa del 0.4% en inversión y no cuenta con más de 3 mil patentes, lo más preocupante es que lo que se investiga termina en artículos de revistas indexadas y no en productos de alto valor agregado que influirían directamente en la economía del país.
Es necesario fortalecer el sector científico, llevar el conocimiento de la academia hasta la industria y el gobierno, eso es lo que busca BIOS con el apoyo de entidades públicas y privadas, pero para esto necesitamos de un gremio periodístico que entienda la importancia de la supercomputación, de la microbiología, genética, bioinformática y demás.
El llamado de esta columna es a que nos demos cuenta que la ciencia es trascendental para el desarrollo de una sociedad y por tal motivo debe tener un espacio privilegiado en los medios de comunicación y en las aulas de clase, aún más hoy, cuando Colombia está haciendo importantes avances en estas temáticas con instituciones como BIOS, Cenicafé, el Centro de secuenciación genómica, Cenicaña y muchos otros, les aseguro que allí encontrarán historias que valen la pena contar.
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