Cuando las personas comienzan una relación de pareja, difícilmente se imaginan que en algunos casos sus ilusiones y sueños pueden sufrir algunos traspié, los cuales pueden alterar no solo la salud emocional sino además proyectos, relaciones con los hijos, con los amigos y la vida misma.
Algunas parejas son infelices y aunque hacen esfuerzos para disfrazar su amargura, terminan enfermando ante la carga tan perturbadora que han estado cargando en sus hombros, les da miedo expresar su frustración y amargura y alimentan una enfermiza esperanza de que un día, todo va a cambiar y van a poder vivir mejor.
María Paz, comenta que desde que nació su primer hijo, su marido se volvió silencioso, indiferente, cada que se dirige a ella usa palabras bruscas y groseras, le importa muy poco lo que ella siente o desea. “Me han comenzado ataques de pánico y se agudizan cada vez que él dice que me va a dejar, que ya tiene para dónde irse, siento mucho miedo de quedarme sola con los niños, si él se va qué va a ser de mí, de nosotros”.
En ocasiones cuando las personas consultan por hechos como los que narra María Paz, ya hay mucho daño y frustración en sus historias y difícilmente se puede recobrar el equilibrio emocional.
Hay momentos de la vida en los cuales, la esperanza genera sufrimiento y en este caso en especial, no se pueden esperar cambios cuando no se han movilizado ni aprendizajes, ni reflexiones para transformar comportamientos, actitudes, creencias y emociones. La falta de amor, la ausencia de comunicación asertiva y efectiva, el miedo a la soledad, la rabia ante el rechazo y el maltrato, el temor a criar los hijos sin la pareja, la sensación de impotencia, son asuntos que rodean historias como ésta.
Cuidarse y cuidar al otro, es una de las tareas más importantes del amor, si este principio tan elemental y trascendental no se cumple en las relaciones de pareja, lo ideal es hacer un alto en el camino y tratar de encontrar una solución, no se puede pensar que cualquier día, como por arte de magia, los sentimientos van a cambiar y la felicidad va a tocar a la puerta de nuevo, como si nada hubiese sucedido.
José Luis, lleva tiempo sin dormir bien, ha rebajado de peso y lleva varios años visitando diversos especialistas para que le traten sus dolencias; su pareja le genera desconfianza y rabia, debido a sus comportamientos irrespetuosos y desafiantes, es egoísta y mentirosa.
José Luis dice: “a veces no la reconozco, no sé realmente con quién paso mis noches, me siento agobiado y cansado y ya no tengo edad para tomar decisiones. ¡Que tristeza!”
Estos son testimonios llenos de dolor y frustración.
- ¿Será que hay que terminar la vida en estas condiciones emocionales?
- ¿Por qué el miedo es más importante que la autoestima y la dignidad?
- ¿Por qué hay parejas que se aferran al dolor y al sufrimiento, y poco cuidan su salud mental y emocional?
Psicóloga
Docente Universidad de Manizales
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