Llama mucho la atención la alegría que se ha desatado con la actuación del joven James Rodríguez en el Mundial de Fútbol. Como simple observadora me he sorprendido con tantas personas coreando un nombre, ondeando una bandera, bailando los ritmos… Un país que se siente orgulloso de tener un colombiano que es reconocido en el mundo por su tenacidad, disciplina, voluntad, persistencia, su juego en equipo y deseos de triunfar, haciendo gala de una imagen para emular en escuelas, colegios, universidades.
En un país, donde ha hecho carrera la idea de obtener dinero fácil, ojalá sin realizar ningún esfuerzo y donde muchas personas aplauden y celebran la deshonestidad, es importante reflexionar acerca de lo que genera el joven James en los imaginarios de niños, adolescentes y adultos.
Dice Covey, el autor del libro: Los siete Hábitos de la gente altamente efectiva, que hay que tener ‘un fin en mente´, esto significa que sin esta claridad difícilmente se puede llegar a alguna parte; los sueños, sueños son, cuando no se les pone dinamismo, y anhelos de superación y triunfo. Los laureles y los aplausos, no son para las personas perezosas y desanimadas, menos aún para aquellas que se frustran y se rinden ante cualquier obstáculo que les produzca amenaza o insatisfacción y como se dice comúnmente, tiran la toalla ante el primer escollo. ¡No! para esas personas no son los triunfos.
Lo que va del Capo III, a James I, es que este es un maravilloso momento para hablar de valores y hábitos de vida distintos de los cuales, la televisión colombiana no se cansa de mostrar, es como si no hubiera otros temas que tratar o analizar; con sobrada razón, muchos niños en talleres de expresión emocional, ante la pregunta: ¿Qué quiere ser cuando grande?, responden sin titubear, el nombre de algún capo y se imaginan llenos de dinero y de armas, mientras las niñas solo piensan en ser bellas con la ayuda del bisturí y la silicona.
Hacen falta guionistas que muestren a otros seres humanos con valores adecuados y fuertes que puedan ser figuras de identidad sanas para tantas personas que eligen la discordia y el dinero fácil como la única manera de expresar sus emociones y de paso, dejar huellas de dolor y desolación por los escenarios que habitan.
James, Nayro, Caterine entre otros son el fruto de muchas renuncias, saben de sobra que las gratificaciones no son inmediatas, tienen paciencia y persistencia, valores que van sumando en su actuar diario. Quizás aquellos que aplauden tantos y tan merecidos logros, no se han detenido a pensar en todo el mundo que se configura antes de cada presentación, o competencia, ellos no han dejado nada al azar, no hay descuido y además no piensan solo en el presente, hay también un total compromiso con lo que vendrá.
En cambio en el común del medio social, vivir el momento, desbordarse, no comprometerse es lo que muchas personas quieren vivir, solo importa el tener, el mostrar, signos vanos de poder, que están lejos de formar un ser humano, humanizado y consciente de la responsabilidad de existir.
Mucho va del Capo III, a James I, desde la oscuridad del corazón y la maldad en el proceder, hasta la actitud positiva y la alegría que irradia en cada momento este joven, esa que los colombianos necesitamos para mantener las ganas, el optimismo y la actitud de ser mejores en el diario vivir y en las relaciones con los demás.
-¿Cuál de estas dos personas es ejemplo para su vida?
*Psicóloga
Profesora Titular Universidad de Manizales
fannybernalorozco@hotmail.com
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015