En nuestro país se vuelve noticia nacional cuando una persona es honrada, cuando alguien devuelve un paquete o un dinero, o tiene un gesto amable y compasivo con otra persona. Hace poco en un programa de radio en las horas de la mañana un conductor del programa afirmaba que esos gestos de honradez era necesario exaltarlos y que además de ello, había que insinuarle o pedirle a la persona a la que se le devolvía lo perdido que pagara una recompensa por el gesto de honradez, palabras éstas que dejan ante los oyentes una clara sensación de que la honradez tiene precio y por ello hay que cobrar y recompensar.
Al respecto, en el medio laboral se han ido aceptando frases que justifican la actitud de algunas personas en relación con su empleo: ‘Esta persona no es que sepa hacer mucho, pero es honrada´’. ‘No he prescindido de ella porque como está esta vida, es preferible que haga poco a que nos robe’. Se compensa por la honradez, aunque el trabajo no se realice, se remunera la confianza aunque no se avance en los objetivos laborales. Asunto que se va tornando cada vez más complejo en tanto pareciera que para algunas personas, asumir este valor es muy difícil.
Es frecuente escuchar que la gente manifieste, que los valores se acabaron, que antes la gente era mejor, que no había necesidad de tanto papeleo y tanta firma, que cuando se asumía un compromiso se empeñaba la palabra y eso era suficiente para realizar cualquier negocio o transacción comercial, los compromisos eran ineludibles, había una actitud de respeto, confianza y consideración por lo pactado.
Y si bien es cierto que los valores no se han acabado del todo, muchos de ellos se han ido transformando en esta sociedad y mientras esto ocurre, algunas personas asumen que así es el mundo y desde esa mirada, educan a sus hijos; existe una gran apatía de padres y educadores a enseñar valores y a narrar historias a hijos y alumnos acerca de seres humanos maravillosos que son ejemplo de integridad, honradez y dignidad en su manera de vivir y de asumir las relaciones con las demás personas.
Hay personas que aplauden la falta de honradez, le dicen a sus hijos cuando aparecen con objetos que no son de ellos, ‘mi niño como es de avispado’, ‘este hijo mío, sí que va a llegar lejos’ sin importar cómo los obtuvieron; es decir, los felicitan y los premian por dichos comportamientos; son hijos que crecen con la idea de que ninguno de tales actos son inadecuados; con una crianza así, difícilmente habrá momentos para pensar qué es lo honrado en el actuar diario.
Por otra parte, hay familias que aunque no celebren a sus hijos por actitudes como éstas, guardan silencio y asumen esos asuntos, como un gran secreto. Secreto que muchos en el medio social conocen pero que no es comentado en voz alta, por miedo o porque no les importa lo que está sucediendo.
Mauricio, tiene 17 años, está terminando el bachillerato, varias veces en el último mes ha llegado a su casa con otros celulares, cuando le preguntan de dónde los sacó, contesta que hizo cambios, que son negocios, que él ya está grande, que no se metan, que no pregunten y hasta se enoja y se torna grosero y agresivo y con esa actitud, deja a su familia callada. En algunos ejercicios sobre valores, al indagar sobre la honradez, hay personas que responden, que no ven problema en hacer un robo, siempre que no les sorprendan, en sus respuestas ni siquiera hay espacio para la duda o el dilema ético.
Todo lo anterior, para llamar a la reflexión de los lectores sobre este tema que día a día cobra más importancia, fundamentalmente, si queremos vivir en una sociedad mejor. Se requieren escenarios académicos en los cuales además del currículo se generen espacios con docentes, familiares y alumnos para dialogar sobre los valores y la ética. Y en las empresas y diferentes entidades particulares y gubernamentales, también debe ser tema de análisis y reflexión.
La honradez permite que las relaciones que se tejan con las demás personas se edifiquen en el respeto, la confianza y la responsabilidad y que además formen parte de las realidades cotidianas de las personas que le quieren apostar a ser mejores seres humanos.
*Psicóloga
Profesora Titular Universidad de Manizales
fannybernalorozco@hotmail.com
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015