Elizabeth Ortiz Palacios * saludablearas@yahoo.com.co
El colesterol es una sustancia grasa natural imprescindible para el cuerpo, porque forma parte de las membranas de las células y es un componente básico de algunas hormonas. Es precursor de la vitamina D (protectora de la piel) y tiene funciones como:
* Intervenir en la formación de ácidos biliares, vitales para la digestión de las grasas.
* La formación de las hormonas sexuales y las tiroideas.
Sin embargo, cuando supera el limite recomendado puede acumularse en las arterias y aumenta la posibilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
En los niños o adolescentes, por ejemplo, el exceso de colesterol los convierte en potenciales candidatos a padecer hipercolesterolemia. Por tal motivo, hay que tener una adecuada alimentación y evitar el sedentarismo.
Durante el embarazo resulta normal que se presente una alteración de los niveles lipídicos en la sangre. Las gestantes deben cuidar las cifras de colesterol y extremar los cuidados si, previo al estado, ya presentaban hipercolesterolemia. En la menopausia, en tanto, se producen alteraciones en el patrón lipoprotéico relacionado con el descenso de los estrogenos, disminuye el colesterol bueno y aumenta el colesterol total, es decir, el colesterol malo.
Cuando se habla de colesterol se hace referencia tanto al LDL (colesterol malo), como del HDL (colesterol bueno). Es necesario diferenciarlos y conocerlos, así se pueden prevenir las patologías.
Al aumentarse el LDL, este obstruye las arterias, por eso se procura mantener los niveles bajos. El colesterol HDL es el que evita que el colesterol malo se deposite en las arterias, razón por la cual se procura tenerlo lo más alto posible. Lo importante es procurar mantener los limites evitando colocar la salud cardiovascular en riesgo.
Como parte del autocuidado es propicio realizar ejercicio. Uno de los consejos pasa por caminar a paso cómodo de tres a cuatro veces a la semana durante 20 minutos. Luego se puede aumentar gradualmente el tiempo de ejecución de la actividad física. Esto resulta clave para controlar el colesterol y para darle al organismo una herramienta que lo ayude a mejorar la capacidad pulmonar y el sistema cardiovascular.
Pero en muchos casos no es suficiente solo el ejercicio y la dieta, también se requiere tratamiento farmacológico cuando la enfermedad avanzó. Otros factores de riesgo son la diabetes, la obesidad y el sedentarismo.
Las siguientes son algunas recomendaciones de alimentación saludable:
1. Consuma cinco comidas al día. Tome mucha agua.
2. Reduzca los alimentos con grasa de origen animal.
3. Incluya alimentos reguladores como verduras, hortalizas y, al menos, tres porciones de frutas al día.
4. Ingiera cereales, preferiblemente integrales. También frutos secos, ya que hacen un aporte de grasa saludable.
5. Consuma legumbres dos veces a la semana.
6. Tome leche y derivados semidescremados o descremados.
7. Añada a su dieta pescado azul, rico en Omega 3.
8. Reduzca la cantidad de sal que consume al día en al menos 5 gramos. Tenga presente que no solo es la que adiciona después de preparados, también aquella que viene en ellos.
9. Utilice aceite de oliva en su cocina.
10. Frecuente métodos de cocción más sanos. Ase a la plancha sin grasa, hierva los alimentos o prepárelos al horno.
* Nutricionista y dietista clínica de la Universidad Nacional de Colombia. Educadora acreditada en diabetes.
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