Esteban Jaramillo
LA PATRIA | Bogotá
La imagen la eternizó LA PATRIA. Henao, de rodillas, esperando la llegada en tumulto de sus compañeros, para celebrar su gloria. Cierre de Copa Libertadores. 11 años después, Henao, resuelto, atrevido, como un chico ambicioso con hambre de triunfo, vuelve a escribir la historia con su récord activo.
Han pasado 24 desde su llegada de Riosucio, tras una parada en el Dinastía, equipo de la B, que lo lanzó al profesionalismo. No sé quién fue el fotógrafo (¿Tal vez Darío Cardona?) de admirable pulso, con sentido innato de la oportunidad.
De no tener la imagen, su trabajo hubiera sido un fracaso aquella noche. Está en ella, en la foto, el resumen de un momento histórico, que hoy se reverdece cada vez que Henao, con sus prodigiosas manos, cierra la portería a la voracidad de sus adversarios.
El domingo pasado no fue la excepción. “Las papas ardían”, el rival acosaba, caminaba el Once especulativo por la cuerda floja, preservando la igualdad. Ahí estaba Henao, ahogando el grito de gol, deteniendo disparos imposibles, en el límite del esfuerzo, para el uno a uno con que se liquidó el partido, en apreciado botín.
El Once, acostumbrado como está a jugar sin la pelota, en propuesta poco ambiciosa, pasó con carácter la exigente prueba a la que fue sometido frente al inalterado y sorprendente líder.
Pese a los últimos resultados, obligado a darle vitalidad al proyecto y hacerlo sostenible para garantizar la presencia en las finales, las rotaciones e improvisaciones a Torrente no le dan el sabor del aprobado. El cuarto gol frente al Huila es una muestra de que técnicamente, asociado en ataque, el equipo puede tener faenas de mayor valor y calidad.
Evoluciona, en ocasiones, la nómina con Marlon en el juego medio, como apoyo a Quintero y sobre todo al Pato Pérez de regreso con renovado espíritu, pero involuciona con Murillo en la zona medular de marca, en la falta de cohesión que muestran algunas de las mezclas defensivas elegidas por el entrenador y la ausencia de un delantero tipo, con aguante y decisión frente a la red.
Sin el poder que da el balón, difícil resulta ganar. Equivale a la única alternativa de jugar a no dejar jugar.
Está el Once Caldas en el centro de la escena, pero en materia de fútbol aún hay tareas por cumplir y su posición en la tabla se mantiene en permanente riesgo, por el acoso de sus contrincantes.
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