Corresponsales | LA PATRIA
Para muchos, el Nevado simboliza tranquilidad y hermosura, para otros, una montaña con nieve y para los demás, belleza.
La realidad de todo, manifiestan algunos estudiantes de la Institución Educativa Fortunato Gaviria, es que sí es la representación de un gran peligro.
"Es un demonio dormido que amenaza nuevamente con desatar su furia, ya que en una ocasión lo hizo causando muchas pérdidas, no sólo materiales sino humanas. Si explotara nos quedaríamos sin lugar donde estudiar", expresó un joven.
La diferencia entre la explosión que sepultó a Armero (Tolima) y una potencial erupción, es el acompañamiento que hoy hacen las autoridades locales y regionales sumado al levantamiento de albergues y alarmas, pese a que el pánico en la comunidad no cese. "La gente vive con miedo, pues en cualquier momento habrá que evacuar", argumentó una vecina. "¡Amanecerá y veremos!", agrega.
En un principio, la vereda Rioclaro de Villamaría era el paso obligado de arrieros que deseaban llegar a Manizales con todos sus productos para comercializarlos. Poco a poco, ellos se fueron asentando en la zona rural, dando origen a su fundación en 1917.
Los arrieros paisas, pujantes y emprendedores, formaron un caserío con sus familias y comenzaron a instalar las vías del tren, que se inauguró 12 años después.
A este recorrido se le llamaba por ese tiempo 'La ruta del cacao', pues la Nacional de Chocolates tenía sus fábricas en Manizales y desde los pueblos vecinos, pasando por Rioclaro, se transportaba la materia prima.
Desde ese entonces, el sector se convirtió en eje fundamental de la región: ya contaba con su propia iglesia, puesto de salud, talabartería, inspección de Policía, estación del tren, almacenes, bares, hospedajes, entre otros.
Todo este auge y desarrollo, sin embargo, fue truncado el 13 de noviembre de 1985 con la avalancha producida por la erupción y posterior deshielo del Nevado del Ruiz, que no sólo destruyó la vereda sino que originó problemas socioculturales y económicos en toda la región.
El actual asentamiento de los sobrevivientes del desastre fue fundado en 1988 y es 26 años después cuando retoma su importancia social, económica y cultural. Por eso ahora la pregunta es ¿qué pasaría si explotara?
"Solo lo sabe Dios. No queremos perder todo lo que hemos levantado con tanto sudor", concluyó un habitante.
* Agradecimientos al agricultor Guillermo Tapias, integrante del Comité Turístico, Víctor Raúl Méndez y a la enfermera Magnolia Gómez, de la vereda Nuevo Rioclaro.
Mientras se conserva la alerta naranja del Nevado del Ruiz, los estudiantes del Fortunato Gaviria hacen una evaluación sobre las consecuencias que podría traer una erupción: los estudiantes no tendrían clases; muchas personas perderían sus viviendas; la vereda quedaría incomunicada y el agua se vería afectada.
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