DIEGO FERNANDO HIDALGO
LA PATRIA | MANIZALES

Las malezas han evolucionado para adaptarse a condiciones adversas. Con esta frase, investigadores de la entidad Almanaque Verde llaman la atención sobre la importancia que estos arbustos han adquirido y entender que no todo lo relacionado con ellos es malo.
"Muchos detestan las malezas en los cultivos y en el jardín porque consideran que dan aspecto de descuido. Las destruyen sin compasión, ignorando su astucia insospechada y su poder de recuperación", expresó uno de los investigadores. LA PATRIA, con el apoyo de Almanaque Verde, entrega datos de lo bueno y lo malo de ellas.

Lo malo

• Luchan con los cultivos por ganar agua, luz, nutrientes y espacio, lo que lleva a que la cosecha sea escasa.
• Crecen más rápido que los cultivos, por lo que quitan luz, nutrientes y humedad.
• Los áfidos, que son hongos y mariposas que se alimentan de los cultivos, depositan sus huevos en la maleza y se hospedan de noche en ella, pues en el día viajan hacia las plantas.
• Producen familias enormes a través de cientos y hasta miles de semillas que diseminan por doquier. Una planta llega a producir hasta 250 mil semillas.
• Pueden durar hasta décadas escondidas bajo la tierra. Cuando regresan a la superficie porque la tierra es aflojada, encuentran las condiciones ideales para germinar y lo hacen rápido, tomándoles ventaja a las semillas de hortalizas y flores.
• Aunque el agricultor las arranque, muchas regresan con el agua, el aire que mueve la tierra o las aves que escarban buscando comida. Incluso, usted puede llevarlas al surco en su zapato o ropa.
• Muchas malezas generan estrategias, a través de olores, formas y colores, para no gustarles a insectos y animales que se constituyen en sus plagas.

Lo bueno

• Algunas malezas, como el diente de león y la verdolaga, le pueden dar buen sabor a una ensalada. La verdolaga, por ejemplo, se cultiva comercialmente en Brasil y Europa.
• La madreselva y la hiedra se entrelazan en un árbol y lo pueden sofocar, pero si se usan en taludes o surcos dan buenos resultados.
• La planta de la madreselva se utiliza para combatir las infecciones estomacales. La hiedra se usa como expectorante.
• Las malezas cubren con rapidez las tierras devastadas por incendios o inundaciones.
• Las áreas llenas de maleza se convierten en lugar de abrigo de muchos insectos benéficos que se alimentan de otros que pueden llegar a convertirse en plagas benéficas en la huerta o jardín.
• Algunas se usan como materia prima para elaborar medicinas y teñir telas.
• Muchas aves carroñeras dependen de las semillas de las malezas para alimentarse.
• Flores secas, ramas y tallos de malezas se utilizan para constituir ramos que adornan interiores.
• Sus raíces llegan hasta capas profundas del suelo, extraen minerales que acercan a la superficie para dejarlos a disposición de los cultivos.

Si no las quiere

Si está decidido a no dejar progresar la maleza, los jardineros orgánicos recomiendan:

• Después de preparar el surco, deje descansar la tierra entre 7 y 10 días, tiempo suficiente para que las semillas de maleza prosperen.
• Luego retire con azadón pequeño o con la mano las plantitas que emerjan, pero sin remover la tierra.
• Cubra el suelo con plástico negro para frenar la germinación de las malezas y matar a las que ya lo han hecho. No deje el plástico por más de dos semanas.
• Arranque la maleza antes de que dé semilla. Si la deja crecer, más difícil será arrancarla.
• Establezca una rutina de vigilancia. Por ejemplo, cada semana revise los surcos y arranque las plantas indeseadas.
• Después de arrancarlas y si no han producido semillas, puede aprovecharlas. Déjelas sobre el suelo unos días para que se sequen y luego las cubre con tierra para que se descompongan. Así le devolverá al suelo elementos que las plantas aprovecharán.

Embellecen el paisaje

Una investigación reciente de la Universidad Nacional y Bayer estableció que las malezas no se perciben usualmente como problemas que impactan un cultivo, a diferencia de los hongos y las plagas.
Según el análisis, que se compila en el libro Flora arvense del altiplano Cundiboyacense de Colombia, en ocasiones las malezas se llegan a considerar como flora que embellece el paisaje por su exuberante colorido y follaje. Sin embargo, una mala atención puede generar pérdidas de productividad e incluso de la cosecha.
Se identificaron siete especies frecuentes en los cultivos de papa y otros cultivos hortícolas. Algunas de ellas son:

1.  Chenopodium petiolare Kunth (Cenizo). En Colombia está presente en las zonas altas, de más de 2000 msnm. Tiene uso medicinal como antihelmíntico.
2. Amaranthus hybridus L. (Bledo). Se encuentra en América, desde Canadá hasta Argentina, también se ha reportado en Europa, África, Asia y Oceanía. Tiene uso medicinal como febrífugo y antiinflamatorio. También sus plántulas son usadas como verdura de alimento humano.
3. Brassica campestris subsp (Nabo amarillo). Es originaria de Europa meridional y ampliamente distribuida por el mundo en regiones de climas tropicales, subtropicales y templados. Tiene diferentes usos, sus hojas y tallos son consumidos como verdura y también como alimento de animales. Las semillas son apreciadas como comida de aves.
4. Raphanus raphanistrum L (Nabo morado). Especie originaria de Europa Meridional. Sus semillas tienen un alto contenido de aceites y son empleadas como alimento de aves en cautiverio. En estados juveniles puede ser consumida por el ganado.
5. Fuertesimalva limensis L Fryxell (Malva blanca). Especie nativa de los Andes, en Colombia, se da en las zonas altas montañosas. Tiene uso medicinal contra la tos. Puede ser tóxica para el ganado.
6.  Lolium temulentum L (Ballico, lolium, ray grass). Pasto nativo del Mediterráneo. Naturalizado y cultivado como forraje de alto valor nutritivo.
7. Pennisetum clandestinum Hochst. ex Chiov (Kikuyo). En Colombia es muy común en la región Andina, desde los 1800 a 3500 m.s.n.m. de altitud. Es una excelente forrajera, de alto valor proteico y muy productiva en terrenos fértiles.