Ariel Jiménez*
Colombia, de acuerdo con cifras de Fedegán (2005), posee un hato ganadero de 23 millones 500 mil cabezas de ganado. De esas se considera que un 60 % es ganado de carne, un 38% es ganado doble propósito y un 2% lechería especializada.
Así mismo, se cree que un 75% del ganado es cebú o tiene sangre cebú en algún grado. Si además se revisan algunos indicadores que se plantean en el Plan Estratégico de la Ganadería tenemos que considerar que desde el gremio se pueden hacer considerables aportes a la consecución de las metas establecidas en dicho documento. Se enumeran la baja tasa de natalidad, la alta edad al sacrificio, las bajas ganancias promedio diarias (350 gramos/día/vida), las bajas producciones de leche por vaca y los pobres indicadores de parámetros reproductivos.
Es así como utilizando genética mejorante de ganado cebú, criada, adaptada y mejorada bajo las condiciones tan particulares del trópico colombiano, con seguridad se logrará un mejoramiento en la parte genética del ganado comercial, con el fin de aumentar la productividad de los hatos del país.
Cuando se va comprar un toro, hay que pensar detenidamente en las implicaciones que tendrá esta importante decisión en el desempeño de sus crías en los años venideros, ya que también influirá indirectamente en el desempeño productivo y reproductivo futuro de sus hijas.
Si se compra o selecciona un toro inadecuado las consecuencias de ello se verán reflejadas en el mediano plazo, con el comportamiento predestete y posdestete de sus hijos, y se perderá no solo dinero, sino también tiempo.
Entre tanto, si se analiza que es una finca de cría, las hijas de este toro van a quedar y van a dejar hijas e hijos de inferior comportamiento, lo que conlleva a que también puedan aumentar las tasas de descarte y los costos de producción de novillas y vacas.
Sin errores
No hay que olvidar que los intervalos generacionales en bovinos son grandes (carne 3 a 4 años y leche de 5 a 7 años), por lo tanto darse cuenta que se cometió un error en la selección de un reproductor después de tantos años, no solo traerá desilusión, si no también pérdidas económicas y disminución en el merito genético de la vacada.
Por el contrario, si la elección del reproductor es la adecuada, todas las desventajas antes mencionadas se convertirán en ventajas, con un valor agregado adicional: los genes benéficos trasmitidos por este quedarán en el hato sumando productividad a las características por las cuales fue seleccionado.
Muchos productores están convencidos de que la cría de hembras es la base de su hato. Aunque esto es cierto, muchos criadores no reconocen que la composición genética de su hato es el resultado de las decisiones de selección de toros tomadas en las últimas generaciones.
La composición genética de un individuo, teniendo en cuenta tres generaciones, se debe en un 87% a las decisiones de inclusión de un toro en el hato.
Por ejemplo, si consideramos un lote en particular, la mitad de los genes provienen del padre de esos terneros. Además, un promedio de un cuarto de los genes proviene de la madre a través de su abuelo materno y un octavo de los genes llega del bisabuelo materno. Esto significa que un total de 87% de la composición genética del hato actual se ve influenciada por la política de selección de toros sobre las últimas tres generaciones.
Es por ello, como lo afirma Atencio (2003), que la cuidadosa selección del reproductor contribuye más al mejoramiento genético de un hato, que cualquier otra práctica. Entonces resulta lógico que la selección de toros es una determinación importante para la ganancia futura del hato y además queda claro que se deben utilizar todas las herramientas e información que se tenga a disposición para minimizar el riesgo de cometer errores, pues si se cometen, llevará mucho tiempo corregirlos.
Por eso la compra y utilización de toros puros registrados determina un papel fundamental, determinante y diferencial en la mejora de parámetros productivos, reproductivos y adaptativos por las siguientes razones:
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El toro puro tiene registrada y certificada una genealogía por parte de Asocebú, donde figura la información de sus ancestros. Aunque en el registro expedido por Asocebú, aparecen hasta los bisabuelos, en la base de datos se puede obtener información genealógica anterior, Tatarabuelos, etc.
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Los toros puros, son controlados por Asocebú a nivel de finca mediante la visita técnica donde se obtiene información de su comportamiento productivo, dentro de ellos se destacan los pesajes tomados al nacer, cuatro, destete, doce y dieciocho meses, también, hoy día en ganado Brahman se lleva a cabo la toma de información de características de la canal por medio de la técnica de ultrasonido.
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Además en las razas cebuínas lecheras (Gyr) y doble propósito (Guzerá) se llevan a cabo controles lecheros con el fin de obtener información de las producciones de las hijas de los toros. De otra parte, la información recolectada de partos, servicios y preñeces sirve para generar parámetros reproductivos.
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Con la información de parámetros de las características anteriormente mencionadas dentro cada finca se toman decisiones de cuáles individuos dejar para continuar el proceso reproductivo y cuáles descartar. A esto simplemente se le llama SELECCIÓN, y cuando se decide aparear dos individuos portadores de genes benéficos a la producción, estos los van a trasmitir a la siguiente generación produciendo MEJORAMIENTO GENÉTICO, los hijos serán mejores que los padres.
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Finalmente, este es un proceso que las ganaderías puras han llevado a cabo durante años y generaciones, haciendo que dentro de los individuos se aumente la frecuencia de genes benéficos para características productivas, logrando un producto controlado en su genealogía y en su parte productiva, naturalmente con el apoyo y el respaldo técnico de Asocebú.
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Como parte final de dicho proceso, Asocebú a través de su Departamento Técnico con la Universidad Nacional de Colombia, emite cada año los resultados de la Evaluación Genética de Toros Brahman, producto final del análisis de datos productivos con los datos genealógicos, permitiendo identificar reproductores con Merito Genético Superior para características productivas a nivel nacional.
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Hasta ahora está claro, que la decisión de compra de un reproductor es fundamental en el futuro productivo del hato y además se mencionaron algunas herramientas disponibles para tomar una decisión acertada. Ahora se describirá en la práctica como se debería proceder en diferentes situaciones y con diferentes niveles de información:
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Lo primero que se debe hacer es determinar cuál o cuáles son las características productivas que se quieren mejorar en la ganadería, por ejemplo habilidad materna, pesos al destete, producción leche, etc.
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Cuando se visita una ganadería pura donde se van a comprar los toros antes de ir al corral a verlos, se debería revisar la información genealógica y productiva de los mismos:
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Por ejemplo, se debe preguntar por el registro del toro, allí se encuentra la información genealógica, que permite conocer los ancestros o líneas de sangre tiene el mismo, en el caso de conocer los ancestros de la vacada esta información le permitirá seleccionar toros que no estén emparentados con los ancestros de las vacas y así evitar consanguinidad. Hay que recordar que una de las causas de bajas en productividad, eficiencia reproductiva e incremento en la aparición de defectos es la consanguinidad.
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Solicitar información productiva del toro, de pesajes que le permitirá saber si las ganancias diarias pre y pos desteté han sido buenas. Igualmente puede solicitar el peso actual, circunferencia testicular, etc.
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Solicitar la información de la tarjeta o información de la madre del toro o los toros a comprar, en especial, cuando se busca mejorar habilidad materna y eficiencia reproductiva. Muchos ganaderos de puro coinciden en señalar “si usted quiere hacer vacas, el toro lo debe seleccionar por la madre”. En esta información se verifica el número de partos de la vaca, la frecuencia de los mismos, y los días promedio interparto (IEP). Si son toros para leche se deberán revisar las producciones lácteas de la madre, de las tías y las hermanas del toro si éstas ya han tenido lactancias.
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Se debe revisar si se dispone, la información productiva del padre. Es posible que dicho toro tenga un historial de hijos en esa finca y se puedan revisar registros productivos de los mismos. Esta información es de mayor valor cuando se pueden comparar con hijos de otros toros que se desempeñan en el mismo ambiente.
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También es posible que el padre tenga Evaluación Genética, para lo cual se deberá revisar si las DEP´S (Diferencias Esperadas de Progenie) son convenientes para las características que se están buscando, por ejemplo, que sea un toro positivo en habilidad materna, pesos al destete o Área de Ojo del Lomo etc. En toros de leche revisar si el padre tiene Evaluación genética o prueba y revisar los valores para producción, porcentaje de proteína grasa etc.
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Otra alternativa de obtener información genética y productiva de un toro joven, es solicitar a Asocebú una DEP temporal o provisional, que se puede obtener siempre y cuando los ancestros de dicho toro hayan sido evaluados.
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Finalmente, con la lista de los toros que se seleccionaron por información, se puede ir al corral.
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Ahora en el corral, se pueden ver los toros que previamente seleccionó y revisar uno a uno en su parte fenotípica. Generalmente se inicia en la cabeza y se termina en la cola. Debe tenerse en cuenta principalmente caracterización racial, conformación estructural (amplitud, longitud y profundidad corporal), corrección de aplomos especialmente en las patas y características sexuales (corrección de prepucio y testículos).
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Para finalizar es recomendable realizar un chequeo reproductivo con el fin de determinar el potencial de fertilidad de dichos reproductores.
*Coordinador de Investigación y Desarrollo de Asocebú.