LA PATRIA | MANIZALES
El alcalde de Supía, Marco Antonio Londoño, dijo ayer en la tarde: "Tuvimos que parar el trabajo en el río. Es muy lamentable".
Frente al barrio San Lorenzo llegó un grupo que se identificó como del resguardo indígena Cañamomo Lomaprieta y pidió parar el dragado del río, que se inició el miércoles para mitigar la inundación de 41 casas ante la creciente del afluente.
Según el alcalde, la situación es compleja, pues hace 40 años construyeron viviendas casi incumpliendo el retiro del río, y quienes están en la margen derecha, al ver lo que pasó, también hicieron cultivos y casas; pero nadie quiere que el río se le entre.
"Los de la margen izquierda, que son los de los barrios que se inundaron el lunes, quieren que hagamos obras para tirar el río hacia la derecha, y los de la derecha no quieren que las hagamos porque les va a afectar sus cultivos y lo que tienen allí. El río fluye si estuviéramos en verano, pero en invierno necesita más espacio porque baja más agua", sostiene el alcalde.
La Administración decretó calamidad pública para tomar medidas y garantizar la protección de las vidas. Por eso citó a una reunión ayer en la tarde con el gobernador indígena y llegar a acuerdos.
"Mientras la situación se resuelve, tocará trabajar en otro frente. Debe haber razonabilidad de las partes. Los de la margen derecha se tienen que solidarizar con los de la izquierda, porque es preferible perder cultivos que una vida por una inundación".
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