MARTHA LUCÍA GÓMEZ

LA PATRIA | MANIZALES

Muy asustado estuvo el sacerdote caldense Ovidio Giraldo Velásquez con su designación como obispo de la Diócesis de Barrancabermeja (Santander). Confiesa que le hizo rezar más de lo que acostumbra, pero que con oración y el respaldo de amigos y comunidad salió motivado para asumir, como lo decidió el papa Francisco.

Le asusta el cambio de vida y de región. Estaba en Pereira dirigiendo la Red Nacional de Nueva Evangelización, donde estuvo siete años y medio. Ahora estará entre los obispos más jóvenes de Colombia. Tiene 57 años y un trabajo que dejó huella en la Diócesis de La Dorada-Guaduas por su labor comunitaria y formativa durante unos 12 años.

Proyecto de vida

- Fue docente, antes que sacerdote, ¿cómo surgió su vocación?

Nunca fui monaguillo, ni estuve cerca a sacerdotes o a la dinámica de las parroquias. A los 17 años, siendo director de una escuela veredal en Montebonito (Marulanda), mi tierra natal, me pasaron cuatro cosas. Como docente de Religión conocí la Palabra de Dios y me fue fascinando. Aspiraba a temas comerciales, pero resulté involucrado en trabajos con la comunidad y me empezaron a gustar. Llegó un párroco que me hizo descubrir la grandeza del ministerio sacerdotal debido a la forma de ayudar a la gente. Este párroco organizó una misión con seminaristas y sacerdotes, al que le ayudé; el contacto con ellos despertó en mi la vocación. Me hizo replantear mi proyecto de vida, aunque me llegaron ofertas laborales. Entré al seminario a los 19 años.

- Su sacerdocio ha estado orientado a temas comunitarios, ¿sirvió para su designación?

Creo que sí. La iglesia es sabia. De pronto el papa, el nuncio y los obispos en Roma definieron mi perfil para dirigir la Diócesis al ver que he tenido experiencia y gusto por el trabajo social.

- ¿Qué ideas lleva para desarrollar en esta Diócesis?

Venía promoviendo en Colombia la Red de Nueva Evangelización, una apuesta de renovación de la fe, de las comunidades, de las personas y de las parroquias, y allí se va a seguir con este trabajo porque se necesita y es un don de Dios, ayuda mucho a la gente, aún a los no creyentes.

Tiempos de cambio

- ¿Qué se entiende por Nueva Evangelización y cuáles son sus resultados?

Lo que cambia es el método y las expresiones. El Evangelio es el mismo. La Nueva Evangelización en Colombia ya ha dado buenos frutos porque la renovación de la fe y de la iglesia no es una tarea solo de los sacerdotes sino de toda la comunidad creyente. Un elemento central es que las personas se vayan organizando en pequeñas comunidades y tengan mucha participación en la misión de la iglesia.

- Trabajó como formador en el Seminario Mayor de la Diócesis de La Dorada-Guaduas, ¿considera que las vocaciones sacerdotales escasean o son más genuinas como expresa?

Hay un descenso entendible por una suma de factores. Hay menos nacimientos, las familias tienen pocos hijos; estamos en una etapa de transición y tiempo de crisis, y la iglesia, que es humana, es parte del escenario mundial. Pero vivimos de la fe y de la esperanza en Jesús y en la obra del Espíritu Santo. Sabemos que la obra de la iglesia continúa y antes se está purificando y liberando. Van a llegar tiempos muy lindos.

- ¿Considera que la pandemia por covid-19 cambiará la Iglesia Católica?

La pandemia a todos nos está haciendo replantear cosas, dejar bobadas y apegos a ciertas ideas y caprichos; nos está obligando a ir a la esencia, a recuperar lo fundamental. Todavía no vamos a ver siquiera cómo vamos a quedar, porque antes crece. Lo que sí es claro es que el mundo no será como el que había hasta marzo y que va a impactar, incluyendo a la iglesia, en las formas y los modos de abordar la tarea y la misión. Igual será en los gobiernos, la academia, la empresa. Por ejemplo, la catequesis ya la estamos llevando a la red, nos tenemos que desprender mucho de los elementos físicos y dar el giro.

Pequeñas comunidades

- ¿Por qué hace tanto énfasis en el trabajo en red?

El nombre de la institución de la que vengo se llama Red, creada en el año 2011, y creo que ese es el camino de hoy. Ya el comercio local se está transformando por comercio en red, en línea, y ahora lo que importan no son los edificios, los locales, sino las redes; de usuarios, de consumidores, de afiliados, de socios, de amigos. Lo que se venía difundiendo en la Red es el Sistema Integral de Nueva Evangelización (SINE), y alma de este proceso son las redes de pequeñas comunidades enlazadas como hermanos en la fe, que se reúnen ahora desde las salas del mundo virtual. En Colombia son 42 jurisdicciones de la Iglesia Católica que aplican el SINE con buenos resultados, porque está permitiendo renovar las parroquias.

- ¿Qué lamenta de no poder seguir ejecutando en la Red?

Hay algo pendiente, pero ya está andando, tal vez no voy a ver los frutos, y es poner toda nuestra oferta, de unos 120 libros producidos por la Red, de manera virtual. Ya estamos en el proceso de ponerlos en versión digital por nuestra página web. Quizá también me queda pendiente haber fortalecido más esa red de los hermanos de las pequeñas comunidades. En Colombia puede haber unos 150 mil fieles en pequeñas comunidades.

- Estará entre los obispos de Colombia más jóvenes, ¿su nombramiento será un peldaño más para llegar a Roma a otros cargos?

No, más con el papa Francisco que tiene una política de fortalecer mucho las regiones, las diócesis, y de pronto reducir el equipo de trabajo en el Vaticano. Creo que con la pandemia todo será más ágil y habrá menos necesidad de personal. Voy para Barrancabermeja con la idea de quedarme hasta que cumpla mis 75 años y venirme felizmente a terminar, si Dios lo permite, mi vida a Manizales que es donde está mi familia y mi gente.

La ordenación

La ordenación episcopal del sacerdote caldense Ovidio Giraldo Velásquez está prevista para la segunda quincena de julio, quizá a puerta cerrada y con pocas personas por la pandemia. A Barrancabermeja llegaría a mediados de agosto para su posesión canónica en la Diócesis. Reemplazará a Camilo Castrillón Pizano.