FERNANDO RODRÍGUEZ Y CARLOS HERNÁNDEZ
LA PATRIA | SALAMINA
Aún está pendiente la posibilidad de restablecer totalmente la carretera entre Salamina y Aranzazu a pesar de que hace ya casi un año se fue la banca y de que se invirtieron $1.335 millones para el arreglo. Las obras que se adelantaron con recursos de Colombia Humanitaria no son suficientes y puntos como Ventiaderos y El Carretero siguen siendo vulnerables.
La banca de carretera se fue el 15 de mayo del 2011. Era domingo y el movimiento de tierra fue tal que familias de esa zona debieron evacuar por recomendación de los bomberos. El pasado viernes el contratista que se encargó de los trabajos, la firma Cinte Limitada, terminó de ejecutar las obras y el presupuesto, pero sus directivos admiten que aún son necesarias más intervenciones.
El ingeniero Juan Manuel Salazar, integrante de la empresa, explica que el “contrato se firmó para ejecutar esos $1.335 millones y luego se hicieron los diseños para determinar qué era lo que había qué hacer”. Una vez terminaron el estudio, concluyeron que se debían priorizar unos puntos, pues el dinero no alcanzaba para todo lo que se requería. “Se intervino Ventiaderos y, en parte, El Carretero. Quedarían pendientes más recursos. La zona queda con una vulnerabilidad importante”, subraya.
El punto
El Carretero es el punto más crítico. Allí se construyó un muro de 33 metros de largo por seis metros de altura, el cual se llenó por completo. Sin embargo, faltaron 65 metros: 50 en la sección de arriba, donde se preveía hacer una pantalla anclada, y 15 metros en la parte inferior, donde el relleno fue cerrado con guadua. En este sitio la banca es estrecha y el tránsito está restringido desde hace varios meses por un solo carril.
Jairo Antonio Abello, inspector de la interventoría, apoya la apreciación del ingeniero, pues considera que “en cualquier momento se pueden quedar sin vía otra vez en El Carretero porque continúan las fallas a la entrada y salida del muro”.
Los representantes de la comunidad también está preocupados, sobre todo ante la actual temporada de lluvias. Luis Gerardo Arango, presidente de la veeduría en Salamina, manifiesta: “si no se aprueban los recursos en el menor tiempo posible nos volveríamos a quedar sin vía allá, pues la banca puede ceder por el peso de los vehículos”.
La alcaldesa Constanza Duque agrega que, ante todo, espera que la Gobernación le dé explicaciones a la comunidad sobre la contratación, pues considera que a los habitantes los han tenido suficientemente en cuenta en estos procesos.
Explicaciones
Desde que comenzó a operar Colombia Humanitaria se informó que la contratación de las obras para atender las contingencias del invierno con recursos de esa subcuenta sería más ágil de lo que comúnmente se hace, pues la intención era atender con prontitud las emergencias.
El ingeniero Salazar le atribuye a esta situación el hecho de que primero se definieran los recursos y se adjudicara el contrato, para luego estructurar los diseños, algo contrario a la lógica, como él lo acepta.
La secretaria de Infraestructura de Caldas, Amparo Sánchez, indicó que también influyeron los tiempos, pues el primer inconveniente grande con la vía, indicó la funcionaria, se presentó en noviembre del 2010. Con base en lo ocurrido en esa ocasión se le solicitaron recursos a Colombia Humanitaria, y después vino la caída de la banca del 15 de mayo del 2011. “Las obras se agrandaron, pero con el presupuesto que habían aprobado era imposible concretarlas”.
Puntualizó que las condiciones de la contratación implicaban que las solicitudes ante el Gobierno Nacional se hicieran sin estudios previos, algo que estaba previsto. “Se hacían con base en una inspección visual”, agregó.
Lo que espera ahora la Gobernación es terminar las obras allí y en otros sitios con los recursos que les giren del Fondo de Adaptación, que es una especie de segundo paso luego de los recursos del Fondo de Calamidades, que actuó por medio de Colombia Humanitaria. La administración seccional presentó proyectos que ascienden a los $56 mil millones.
Pendientes de estudios en Pensilvania-Manzanares
La vía Pensilvania-Manzanares, reabierta el jueves pasado luego de que cediera la banca en el sector de La Quiebra, está vedada para vehículos grandes, aunque se busca la manera de que el contratista que la pavimenta logre ensanchar la variante construida y así permitir el paso de cualquier carro. También se esperan los estudios que determinen qué debe hacerse y cuánto costará.
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