RUBÉN D. LÓPEZ
LA PATRIA | PENSILVANIA
Un derrumbe producido por el fuerte aguacero que cayó este fin de semana en la parte alta de la montaña interrumpió el suministro de agua oxigenada a un cultivo de truchas en la granja piscícola y avícola La Cenaida, situada a dos kilómetros del área urbana de Pensilvania, sobre el antiguo camino que comunica con el municipio de Marulanda.
“Se perdieron unas 27 mil truchas de diferente edad de cría y levante con unas pérdidas que ascienden a 35 millones de pesos, incluyendo los daños a las instalaciones” indicó Jorge Iván Salazar, administrador del lugar.
La Oficina de Sanidad de Pensilvania autorizó la distribución de las truchas adultas muertas por asfixia entre la población que llegó al lugar, pero solamente durante las tres horas siguientes al hecho. El resto debió ser enterrado.
Niños, jóvenes, adultos, hombres y mujeres llegaron hasta La Cenaida tan pronto se enteraron de que allí estaban regalando truchas.
“Me da pesar de los dueños porque perdieron mucha plata y trabajo, pero nosotros los pobres nos beneficiamos. Así es la vida”, dijo Carlos Ospina, quien recibió una docena de truchas que llevó presuroso a su casa para arreglarlas y consumirlas en compañía de su familia.
Los propietarios de la granja, que brinda empleo directo a cinco personas, contemplan la posibilidad de solicitar ayudas dentro del programa que tiene el Gobierno para los damnificados por el invierno. “Quedamos en la ruina”, expresó uno de ellos.
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