MARTHA LUCÍA GÓMEZ

LA PATRIA | MANIZALES

Este sábado asumió como obispo de la Diócesis de Barrancabermeja el caldense Ovidio Giraldo Velásquez. El acto fue a puerta cerrada en la Catedral Inmaculada Concepción de ese municipio, debido a la orden de confinamiento, y con la participación de algunos miembros del clero.

Con la posesión canónica, monseñor Ovidio inicia su trabajo pastoral. La ceremonia comenzó con el recibimiento en la puerta de la Catedral por su párroco, Vladimir Trespalacios.

Vino la procesión hasta el altar, una oración, la lectura y exhibición de las letras apostólicas; es decir el escrito del papa Francisco para designar a monseñor como obispo. Siguió luego la firma del acta de posesión, que también firmaron los miembros del Colegio de Consultores de la Diócesis, como significado de que reciben al obispo. De esta manera quedó posesionado legal y jurídicamente en la Diócesis.

Posteriormente los sacerdotes pasaron frente al nuevo obispo y le hicieron una venia, como símbolo de obediencia y respeto en su mandato. La ceremonia de posesión fue transmita por Enlace Televisión, que se puede consultar por Facebook.

Palabras iniciales

Monseñor Oividio ofició la misa, en cuya homilía agradeció el esfuerzo que hicieron los asistentes por estar allí y los que siguieron la transmisión por redes sociales.

Recalcó que la Palabra de Dios es creadora, viva y eficaz; que cada eucaristía es la celebración de la fiesta de la vida para las almas agradecidas con Dios y con los hermanos. "Que nos nos falte la celebración de la eucaristía como celebración de la fe y confianza en Dios, como anuncio del nuevo orden de cosas deseado por Dios. Donde haya un mensajero de Dios habrá gozo y plenitud", sostuvo.

Invitó a valorar mucho la presencia de los catequistas, misioneros religiosos y religiosas; igual que el ministerio de los sacerdotes como mensajeros del bien, la verdad, la justicia y la paz. "Anhelo que en la Diócesis se multipliquen los agentes del bien y del cuidado pastoral".

Como quinto obispo de la Diócesis de Barrancabermeja, dijo que pondrá todo su empeño en continuar la obra cimentada por sus antecesores y haciendo brillar a Dios.

Pidió a todos oración para seguir llevando este encargo pastoral que el papa Francisco le confió. "Deseo cumplir entre ustedes un fiel servicio apostólico para bien de la iglesia y de muchos.

Demos gracias al Señor porque es bueno y porque es eterna su misericordia", manifestó en la homilía monseñor Ovidio Giraldo Velásquez.

De su antecesor

El vicario judicial, sacerdote Jaime Barba, leyó una carta del anterior obispo, Camilo Fernando Castrellón Pizano que al renunciar al cargo queda como obispo emérito de Barrancabermeja. Le dijo a monseñor Ovidio Giraldo Velásquez que llega a una Diócesis y a una región que ha soportado la más terrible violación de los derechos humanos: torturas, violaciones asesinatos, desapariciones, trata de blancas, reclutamiento de menores y cientos de personas que han tenido que huir y han perdido todo y que guardan la ilusión de volver a sus casas, a su región y a sus tierras.

Pero también le indicó que al mismo tiempo se encuentra con un pueblo maravilloso, con una excelente capacidad de resiliencia; con hombres y mujeres, adultos, jóvenes y niños que están mirando al futuro y se abren buscando horizontes prometedores.

Firmaron el acta de posesión los sacerdotes

Vladimir Trespalacios, párroco de la Catedral Inmaculada Concepción de Barrancabermeja

Luis Camacho, canciller de la Diócesis

Ronald Sandoval, ecónomo

Jairo Alberto Medina, párroco

José Gregorio Arango, párroco

Wilson Augusto García, párroco

Carlos Hernández, vicario parroquial

Quién es monseñor Ovidio Giraldo Velásquez

* Tiene 57 años, nació el 27 de enero de 1963 en Montebonito (Marulanda, Caldas).

* Es el mayor de seis hijos vivos de José Otoniel Giraldo Gutiérrez (fallecido) y de Judith Velásquez Gaviria.

* Egresó del Seminario Mayor Nuestra Señora del Rosario, en Manizales.

* Se ordenó sacerdote en 1989 para la Diócesis de La Dorada-Guaduas.

* Fue vicario en Pensilvania y Manzanares (Caldas).

* Fue párroco en Puerto Boyacá (Boyacá).

* En 1994 obtuvo la licenciatura en Filosofía, en la Universidad Gregoriana de Roma.

* Fue profesor del Seminario Cristo Buen Pastor, en Puerto Salgar (Cundinamarca).

* Fue párroco de la Catedral Nuestra Señora del Carmen en La Dorada (Caldas).

* Fue director espiritual del Seminario Buen Pastor en Puerto Salgar (Cundinamarca).

* Fue delegado para la Pastoral Social Diocesana.

* Fue vicario de Pastoral.

* Desde el 2013 hasta su nombramiento como obispo por el papa Francisco, el 13 de mayo, fue director nacional de la Red de Nueva Evangelización, en Pereira (Risaralda).

* Fue ordenado obispo el 22 de julio de este año en la Catedral Nuestra Señora de la Pobreza, de Pereira.

La Diócesis de Barrancabermeja

La integran las parroquias de nueve municipios de Santander, Barrancabermeja, Betulia, Cimitarra, El Carmen de Chucurí, Puerto Parra, Puerto Wilches, Sabana de Torres, San Vicente de Chucurí y Vijagual; las de tres municipios de Antioquia: Puerto Berrío, Puerto Nare y Yondó; y dos municipios de Bolívar: Cantagallo y San Pablo.

El vicario de la Diócesis, Jaime Barba Rincón, explicó que el 25 de diciembre de 1536 se celebró la primera misa. El 2 de abril de 1928 se creó la prefectura apostólica del río Magdalena y se encargó de ella a la Comunidad Jesuita. Carlos Ilario Urrea fue el primer prefecto. Luego nombraron a Rafael Toro.

En diciembre de 1947 fue nombrado prefecto monseñor Bernardo Arango Henao, quien en 1950, al pasar de prefectura a vicariato, es nombrado como primer obispo. Por su fallecimiento, en 1983, es designado como obispo el 3 de marzo de 1984 Juan Francisco Sarasty, que estuvo poco tiempo y lo reemplazó como administrador diocesano moseñor José Figueroa.

El 11 de diciembre de 1993 el papa nombra obispo a monseñor Jaime Prieto Amaya, y el 2 de diciembre del 2009 nombra obispo a monseñor Camilo Castrellón Pizano, quien renunció este año y dio paso a monseñor Ovidio Giraldo Velásquez.

En la entrada de la Catedral el párroco llevaba una cruz, que besó monseñor Ovidio Giraldo, y luego derramó agua bendita sobre los que lo acompañaban y sobre él mismo.