Familia supieña, en duelo y endeudada en Ecuador

LAURA CRISTINA CARDONA PATIÑO

LA PATRIA | Manizales

Mario Andrés Sanz Céspedes, originario de Supía, murió el 2 de mayo en Guayaquil (Ecuador), diagnosticado con el síndrome Guillain Barré (enfermedad autoinmune que causa parálisis muscular) provocado por la covid-19.

Su esposa, Ángela María Gómez, también de Supía, no lo volvió a ver desde el 16 de abril, cuando lo internaron en la Unidad de Cuidado Intensivo (UCI) de la Clínica Kennedy Policentro.

Durante la hospitalización el cupo del seguro (Salud S.A) llegó a su límite: 30 mil dólares ($118 millones). Ángela asumió los gastos de los medicamentos para tratarlo. Fueron alrededor de 4 mil dólares ($15 millones) los que pagó al Banco de Sangre. Pidió prestado porque se le agotaron los ahorros.

Si no compraba la medicina directamente, la clínica asumiría el gasto y se traduciría en una deuda más grande, porque allí casi le duplicaban el precio.

La enfermedad

Mario Andrés fue hospitalizado por cálculos renales el 24 de marzo en el Omni Hospital. “Lo operaron y aunque Mario seguía con el mismo dolor, el Hospital le dio de alta”, comentó Ángela.

En casa el dolor aumentó y el urólogo de su seguro lo remitió a la Clínica Kennedy. Lo operaron y le retiraron una masa del apéndice, pero el dolor persistía. “Es sicológico”, le decían. Después vio su pecho agitado y vomitó.

“Él se volteó para el lado derecho y empezó a hablar. Estaba alucinando y decía que tenía mucho dolor. Se puso morado y convulsionó”.

Lo operaron y esta vez su semblante cambió, parecía recuperado. Pagaron 5 mil 300 dólares por los gastos ($20 millones) y volvieron a casa. Sin embargo, perdió la movilidad de forma progresiva, el 14 de abril volvió a la Clínica Kennedy.

Le diagnosticaron el síndrome de Guillaim Barré, provocado por la covid-19. Nunca le hicieron el examen de ARN por laboratorio, cuenta Ángela. Ella pagó los exámenes de sangre de la covid-19 para ella y su esposo, ambos dieron positivo. Le dijeron que ella estaba en la última etapa de la enfermedad, pero hoy no sabe si sigue contagiada.

El 16 de abril su esposo volvió a vomitar, le pusieron una sonda porque tenía líquidos y gases acumulados en el abdomen y lo internaron en la Unidad de Cuidado Intensivo. Allí lo intubaron. Luego le hicieron una traqueotomía (abertura en el cuello). Quedó en coma y murió el 2 de mayo, un día antes de cumplir 41 años.

Costos de salud

Ángela recuerda que de la clínica la llamaron desde el 27 de abril a cobrar. Le dijeron que el seguro solo cubría el 64% de los gastos y debía pagar el resto. Mario trabajaba vendiendo repuestos de vehículos y ella estaba desempleada. Las tarjetas de crédito estaban copadas y ya había acudido a préstamos de familiares. No tenía cómo pagar y se lo explicó a la empleada de la clínica.

Esta es parte de la conversación que se oye en el audio de la llamada que escuchó LA PATRIA

- En este momento no tengo plata. Escasamente tengo para las plasmaféresis (tratamiento médico).

- Entonces usted tiene que hablar con su médico tratante para que le estabilicen al paciente y usted pueda llegar a un acuerdo.

- Eso es lo que tratan de hacer. Mi esposo está grave. Voy a llamar al seguro a ver qué puedo solucionar

- Ah sí, llame, usted dice que ellos le van a cubrir el ciento por ciento o qué sé yo. Pero el copago lo tiene que cancelar. ¿A qué hora le vuelvo a llamar?

Prenda de garantía

La clínica no quería entregar el cuerpo de Mario a menos que pagaran los 61 mil dólares por los servicios del hospital. La solución se dio gracias a la intervención de la Defensoría del Pueblo de Guayaquil.

Zaida Rovira, defensora del Pueblo, contó a LA PATRIA que son varios los casos que han tratado así en medio de la emergencia sanitaria: “Lo más importante es evitar que se retengan personas por deudas. Si las clínicas no atienden nuestro requerimiento presentamos habeas corpus”.

La solución de la clínica fue pedir un pagaré a la familia. Ella comenta que en la clínica le dijeron que pedirían que el Ministerio de Salud se encargara de la deuda, pero no es seguro. Un sobrino de Mario lo firmó y Ángela es la fiadora. “Tenemos miedo de lo que nos hicieron firmar. De dónde plata si yo como por mis vecinos. Quiero que me asesoren a ver qué va a pasar”.

Apoyo del Gobierno

Ángela pidió ayuda al Ministerio de Relaciones Exteriores. Desde el Consulado en Ecuador le brindaron asesoría con una abogada. La sugerencia fue esperar a que terminara la crisis para reunirse personalmente y pensar una lista de opciones jurídicas para enfrentar la deuda. LA PATRIA se comunicó con el cónsul en Ecuador, Juan Carlos Cala, que dijo que conocía el caso pero no podía dar declaraciones. Hasta ayer la jefatura de prensa no respondió el correo o atendió las llamadas.

Obligada a pedir disculpas

La Clínica Kennedy Policentro fue obligada a pedir disculpas públicas a José Julián Vargas por retener el cuerpo de su madre, Marianita de Jesús Flores, que falleció el 26 de abril por la covid-19.

El ecuatoriano presentó una Acción de Protección (acción legal para la protección de derechos fundamentales en Ecuador) el 29 de abril. El 8 de mayo una juez falló a su favor.

Como en el caso de la colombiana, la clínica le exigió al joven el pago de 68 mil dólares ($266 millones) para entregarle el cadáver de su madre.

Fernando Medina, periodista en de El Comercio, periódico de Ecuador, comenta que hay varios casos de cobros excesivos de las clínicas privadas en medio de la emergencia sanitaria.

Esto se agravó porque los hospitales públicos colapsaron, varias personas se contagiaron allí y otras murieron esperando un tanque de oxígeno. Por eso muchos ciudadanos recurrieron a las clínicas privadas.

En cifras

- El 2 de mayo, día del fallecimiento de Mario Andrés, Ecuador acumuló 27 mil 464 casos confirmados de contagio y 1.371 fallecidos.

-E n el reporte del 14 de mayo, Ecuador acumuló 30 mil 502 contagios y 2 mil 338 fallecimientos.