El taller carnavalero en Riosucio

FREDDY ARANGO

LA PATRIA | MANIZALES

Víctor Hugo Vanegas es cultor y tallerista en artes plásticas. Es un experto en la parafernalia del Carnaval de Riosucio y las manifestación culturales, religiosas, paganas, fiestas tradicionales y térreas, en la que su creatividad lo lleva a crear una fiesta según el deseo que tenga la comunidad.

Hace un año se comprometió a trabajar para tres cuadrillas, con la elaboración de un promedio de 75 disfraces, que había empezado al inicio de la pandemia y quedó suspendido durante esos meses. Se quedó con los diseños y con materia prima a medio hacer en su bodega.

“También es lamentable que 15 personas, quienes trabajaban desde abril en la realización de los disfraces, se quedaron sin trabajo. Ahora a esperar que en dos años tengamos carnaval, porque históricamente se hace en año impar”, lamenta Víctor.

Ruta

Vive en su casa taller, ubicada en la urbanización Villamar (Riosucio), que en pocos días hará parte de la ruta turística Embrujarte, que manejará la Corporación Zaqueazipa, donde los visitantes tendrán la oportunidad de encontrar obras hechas con reciclaje como: máscaras, trabajos en arte country, tejidos en atrapa sueños. También verán un salón donde se interactúa en un trono con el diablo, se pueden poner máscaras, una capa y hacerse su foto.

Además, podrán encontrar un espacio donde hay caretas y cachos para armar sus máscaras, pintarlas mientras escuchan la historia de un pueblo que tiene su propia cultura, su idiosincrasia y la tradición de una fiesta milenaria que viene de raíces negras; degustar de un cóctel de guarapo o un café artesanal, para luego salir a escuchar una serenata con zaquesazipa a un campo abierto.

Historia

Su trabajo es de herencia, su abuelo fue el primero en crear el diablo más grande en 1953 de 4 metros de altura, hasta 1953 eran del tamaño de una persona. "Mi abuelo fue un gran pintor escultor orfebre, ebanista; mi padre y mis tíos heredaron muchas cosas de él, también transformó uno para 1973 dándole movimientos. Mis primeros pinitos los hice en 1979 trabajando para una cuadrilla infantil", recuerda Vanegas.
 

Fotos | Freddy Arango | LA PATRIA
"Cuernos y cráneos inspirados en la cultura africana donde nace nuestro verdadero carnaval", cuenta Víctor
 

Máscaras de cuadrillas anteriores, como la de diablos de las américas inspirados en siete países de Latinoamérica que le hacen tributo al diablo.
 

Tributo a los diablos cojuelos en Santo Domingo (máscara morada), los diablos danzantes de Yare en Venezuela (cachos dorados), el dragón en la cabeza de la diablada de Oruro en Bolivia y máscaras tradicionales del Carnaval de Riosucio.

La máscara morada la realizó por $1.500.000. Los precios de los disfraces van desde $500 mil hasta $4.500.000.

El secreto para exhibir un disfraz es tener buena plástica y amor al disfraz, saber amarrar una capa, que no se amarra hacia adelante sino siempre hacia atrás, saber hacer giros de cabeza constantemente para poder mirar quien está a los lados y no llegar a molestar a nadie con el atuendo.