El Niño Jesús se salvó del tétano

"Y sucedió que mientras estaban ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito; le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón".

Lucas 2:7

No había un lugar apropiado para José y su esposa embarazada, pero sí había lugar para que virus y bacterias amenazaran el alumbramiento de Jesús. El pequeño nació en un establo, con burro y buey a bordo, lo que implica que las condiciones de esterilidad e higiene no eran las mejores.

No tanto por los animales en sí mismos, sino porque en los establos suele haber excremento y en este habitaba, para los años en que el bebé fue concebido, la bacteria tétanos neonatal. En la actualidad la enfermedad está en vías de extinción gracias a la vacunación durante la gestación.

Tal análisis lo hace el neonatólogo Fernando Arango, experto en el manejo de recién nacidos. Para el especialista, otro de los riesgos latentes durante y después del parto es que "estaría expuesto a sufrir hipotermia. En un recién nacido es la temperatura menor a 36 grados centígrados. Yo supongo que la Virgen María puso al bebé en contacto con su piel para evitar la hipotermia, en lo que conocemos como método canguro".

Pero si un parto es en la noche, en un espacio abierto, húmedo y frío es muy factible que el bebé se enfríe, lo cual puede desencadenar afecciones más complejas como hipertensión pulmonar e hipoglicemia. El resultado final de estas puede ser el fallecimiento de la criatura. Lo cierto, con base en lo expuesto por el médico, es que para que "Chuchito" ganará la batalla contra la adversidad fueron claves sus padres, y claro, un toque divino.