El liderazgo de 30 jóvenes de Urabá los llevó a 4.965 metros de altura

TATIANA GUERRERO

LA PATRIA | MANIZALES

El frío penetra en los pies, ingresa por debajo de las chaquetas o abrigos, la respiración se acorta, la cabeza se congela, las náuseas y el soroche (mal de páramo) pueden aparecer. Estos síntomas son seguros en un ascenso hasta los 4. 965 metros sobre el nivel del mar (msnm), exactamente hacia la cima del Nevado Santa Isabel.

Las lágrimas son opcionales. Pueden ser fruto de la emoción que produce el ascenso o de la frustración por creer que no se logrará. Angie Yulisa García, de Chigorodó, Urabá antioqueño, la sintió el viernes: su ánimo se derrumbó en el camino hacia la cima. Por unos minutos detuvo su paso y las lágrimas descendieron, eran lo único tibio que cubría su rostro.

La región de Urabá está ubicada a 919 msnm y el cambio a una altura de 4. 965 msnm le cobró factura al cuerpo de la joven. Sin embargo, el aliento de sus 29 compañeros de aventura calmó la desidia de Angie, quien continuó su camino hasta llegar al lomo del Nevado.

Se esforzaron

Urabá no solo es cuna de jugadores de fútbol como Juan Guillermo Cuadrado, quien nació en Necoclí, también es el hogar de 30 líderes estudiantiles entre los 14 y 18 años, que recorrieron cerca de 14 horas en bus para llegar a Caldas el pasado domingo.

Pertenecen al grupo Del Urabá a la Nieve, un proyecto que nació hace cuatro años del esfuerzo de la antropóloga manizaleña, Eugenia Echeverri y dos compañeros más. “Nos soñamos la idea de llevar a los niños, quienes viven en un contexto diferente, a que conocieran la nieve”, cuenta Echeverri.

Los tres son profesores del programa Enseña Por Colombia, una organización sin ánimo de lucro que traslada a profesionales a varias comunidades del país para que cumplan el rol de profesores. Este año la iniciativa fue liderada por siete docentes.

“Cada maestro postula a los estudiantes que sobresalen por su liderazgo u otras habilidades para armar un grupo de 30 jóvenes, a quienes se les avisa desde el principio del año que tienen un cupo para la aventura”, explica.

Antesala

La odisea a la nieve los animó a entrenar y a prepararse física y emocionalmente un par de meses antes del arribo.

Una semana antes, los profesores trabajaron con los jóvenes en habilidades socioemocionales como el trabajo en equipo, comunicación asertiva, liderazgo y autoconocimiento. Además, desarrollaron un eje trasversal: adquirir conciencia ambiental y la importancia de preservar la naturaleza.

“Los chicos deben entender la conexión entre el glaciar y el Urabá, porque ellos son responsables y tienen que estar comprometidos con lo que está pasando”.

Después de recorrer el Recinto del Pensamiento y algunos sitios de Manizales, los estudiantes retornaron ayer a sus municipios. Ahora sus esfuerzos deberán concentrarse en replicar lo aprendido en sus comunidades para construir una sociedad más equitativa.

Aporte

Antes de sentir el clímax y tocar la nieve, los 30 jóvenes y los maestros también tienen el reto de encontrar los recursos económicos. La cruzada de este año fue respaldada por empresas como la Súper de Alimentos, La Victoria, amigos, familiares y compañías de Urabá. Si quiere apoyar escriba al correo urabanieve@gmail.com.

Aisned Vanegas Yepes, de Turbo

El viaje es maravilloso, Manizales nos recibió de la mejor manera. Me siento súper bien en la ciudad.

Karol Yineth Plaza, de Carepa

Me impresionó conocer la nieve. Voy a motivar a los estudiantes de mi colegio para que demuestren su liderazgo y puedan viajar.

Ariel Stiven Ríos Murillo, Apartadó

Las personas son amigables, amorosas y están dispuestas a brindarnos mucho. La ciudad es hermosa.

María Camila Barrientos, Chigorodó

Hay mucha cultura y la ciudad es muy organizada. Debemos aprovechar los momentos, las personas y reconocer que somos importantes en el mundo.

Johan Sebastián Cardona, de Carepa

Nunca había conocido la nieve, me alegré al verla, son grandes experiencias que motivan a los jóvenes a dejar los vicios y malos pasos.

Santiago Ballesteros Jaramillo, Chigorodó

Es un viaje de muchas experiencias, conocí lugares por primera vez. Manizales es increíble y sorprende con sus paisajes.