Foto | Archivo | LA PATRIA
Hospital Santa Ana de Palestina ahora se convierte en San Marcos, administrado por la entidad del mismo nombre de Chinchiná.
Carlos Alberto Piedrahíta Gutiérrez, alcalde de Palestina, puso en una balanza los aspectos negativos y positivos que trajo la liquidación del Hospital Santa Ana y la entrega en comodato de los servicios al San Marcos de Chinchiná.
Para el mandatario, las implicaciones positivas comienzan por la garantía del derecho a la salud de 16 mil habitantes del municipio. Agregó que fue fundamental que entrara la Nación a cubrir acreencias del pasado.
En este sentido, destacó que los estados financieros quedarán saneados y en marzo del 2016, fecha de finalización del comodato con el San Marcos, el Municipio podría tramitar un proyecto de acuerdo ante el Concejo para crear una ESE en Palestina.
Sin embargo, también está abierta la posibilidad de que se constituya un hospital regional con los locales, propuesta que se está abriendo paso en el país y que en Caldas está a cargo la Dirección Territorial de Salud.
El aspecto negativo reconocido por el mandatario es: "La realidad es que son 30 personas que perdieron la continuidad laboral, pero se hace en contraprestación de 16 mil habitantes a los que se les venía vulnerando el derecho a la salud. Esas personas fueron liquidadas e indemnizadas". El proceso duró dos años.
Con San Marcos
Piedrahíta Gutiérrez informó que en todo momento buscó que fuera una institución pública la que se encargara de la administración de la planta y el mobiliario del Santa Ana, mediante la figura de comodato.
"La elección de que se asignara la administración al Hospital San Marcos de Palestina se hizo porque es un centro asistencial público, que tiene buenos indicadores", anotó.
De manera adicional, argumentó que siendo San Marcos el que preste el servicio, de manera automática contarán con atención especializada en los cuatro servicios básicos que son: pediatría, medicina interna, cirugía y ginecobstetricia. "Se logra la mayor oportunidad en la prestación de servicio", dijo.
Por último, aclaró que los pacientes de Palestina no tendrán que desplazarse hasta Chinchiná, porque la atención continuará en los mismos sitios donde funcionó el Santa Ana y sus centros y puestos de salud anexos.
Antes de la liquidación del Hospital Santa Ana la satisfacción de los usuarios era del 40 por ciento. Cuando ya estuvo liquidado subió a 85%.
Ferney Cuéllar, presidente es la Asociación Nacional de Trabajadores Hospitalarios y de Clínicas (Anthoc) -seccional Palestina-, dijo que ya les pagaron todo lo que tiene que ver con acreencias laborales como salarios atrasados, primas, indemnizaciones, vacaciones, entre otros. "Solo nos deben 19 días de trabajo. Es duro tomar una decisión. Hay gente que lleva laborando más de 30 años y quedaron desempleados. No sabemos qué rumbo vamos a coger", concluyó Cuéllar.
$600
millones eran las deudas del Santa Ana, hospital de primer nivel.
$6
mil 52 millones costó la liquidación de los 33 funcionarios que forman parte de la planta de personal.
$4
mil 313 millones aprobó el Ministerio de Salud, que serán destinados al pago de acreencias.
$1.200
los aportó la Gobernación
$540
aportó la Alcaldía y luego adicionó $200 millones para imprevistos.
$160
millones ingresaban cada mes al Santa Ana.
$220
millones necesitaba para funcionamiento.
$60
millones era el déficit mensual.
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