LUIS FERNANDO RODRÍGUEZ

LA PATRIA | SALAMINA

Cargar el Santo Sepulcro, en la procesión del Viernes Santo, es un honor y tradición familiar en el municipio de Salamina. Es el caso de Carlos Fernando López Osorio, a quien en el año 2000 la Parroquia de la Inmaculada Concepción le otorgó este encargo.

“Me dio susto, porque es algo muy grande cargar el Santo Sepulcro”, dijo Carlos Fernando, quien lo sigue haciendo hace 17 años.

Esta procesión empieza en la Basílica Menor, a las 8:00 de la noche. Recorre a paso lento la calle Real hasta llegar al Ceres, baja dos cuadras a la carrera 8, pasa por la Capilla de Las Mercedes, y al llegar a la calle 4 sube al Parque de Bolívar para terminar en la capilla del cementerio Nuestra Señora de La Valvanera. Allí acaba la ceremonia religiosa y la imagen de Jesús muerto queda bajo custodia hasta el sábado.

Se hereda

Según Carlos Fernando, el Santo Sepulcro pesa mucho y el ritmo que lleva la procesión lo determina el guía a golpe de cayado sobre el pavimento. “Se avanza en cada ocasión de 15 a 20 metros y se descansa apoyando el Santo Sepulcro en el bastón”, explicó.

Carlos Fernando contó que cuando Javier Gómez, otro carguero, enfermó, le entregó esta devoción a Marino Gómez, docente y director de la Banda Marcial de la Institución Educativa de La Presentación, y luego, Óscar Botero procedió igual con él. “Ahora mi hijo, que tiene 23 años, continúa conmigo esta tradición”.

Nueva organización

Desde 1987, Carlos Fernando López Osorio comenzó a organizar las procesiones de Semana Santa en Salamina, por encargo de la Alcaldía, pero esto fue hasta el año pasado. “A partir de este año hay una nueva organización. Mi familia y yo nos retiramos, porque no nos tuvieron en cuenta. No cambiaría nada de la Semana Santa, es una tradición que viene de los abuelos, luego de nuestros padres, y que nos enseñaron en el colegio. Hay que venir a Semana Santa en Salamina”, concluyó.